De Mortier a las joyas
La ópera siempre será el arte del disfraz, y como quiera que la apariencia rige sus fueros, para celebrar la crisis que ha puesto a Gerard Mortier en brazos de Muñiz los gerentes de la Ópera de Nueva York han decidido campear el temporal financiero inaugurando una joyería en las instalaciones del teatro donde se venden cristales de Swarovski extraídos de una de sus imponentes lámparas de araña. Como diría Groucho Marx: ¡más madera! (El Cultural)
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