De pesca
Muy poco claras y seguras tienen que estar las cosas en el Teatro Real cuando hay tan descontrol como para que dos directores de orquesta -Harding y Dudamel- declaren en el mismo día que les gusta que el Real les llame pero que hay que pensarlo ya que tienen muchos compromisos. ¿Dónde se ha visto que se vaya tanteando a la vez a unos y otros? ¿Qué imagen del teatro tendrán Harding y Dudamel al comprobar que no hay exclusiva en la oferta? Estas cosas se hacen en secreto y uno a uno y, si no, que el Real aplique el código de buenas prácticas del Ministerio de Cultura existente para todos los demás -“todos los demás” qiere decir allí donde le interese al Ministerio- y convoque un concurso internacional con un jurado. ¿Qué no se presentaría nadie? ¡Acabáramos! Pero el Real no puede ir de pesca, sin cebo y anunciandoselo a los peces.
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