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"El Barberillo de Lavapiés". "Aquí estoy yo"
Por Publicado el: 12/02/2006Categorías: Crítica

Delirio belcantista

Grandes Voces en el Real
Delirio belcantista
Obras de Rossini, Bellini y Donizetti. Daniela Barcellona, mezzo y Juan Diego Flórez, tenor. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Ricardo Frizza, director. Teatro Real. Madrid, 11 de febrero
La expectación de las grandes ocasiones, esa que congrega a todas las caras conocidas de aficionados que pueden encontrarse en cualquier parte del mundo siguiendo lo más granado de las programaciones, no se vio defraudada. Las noticias no eran positivas: en Valladolid el dúo protagonista no había estado muy fino y las cuatro oberturas -“Cenerentola”, “Semiramide”, “Cappuleti e Montecchi”, “Favorita”- acabaron por pesar demasiado y alargar el concierto hasta las tres horas. Pero en Madrid resultó otra cosa.
Ovacionados desde su entrada a escena, se sucedieron los entusiasmos tras cada interpretación y vuelta a salir al escenario.¿Por qué los artistas no pueden permanecer sentados en el escenario y tomarse en él su vaso de agua? Abrieron a dúo, lo que sirvió para delatar a las bravas algo que cualquier buen aficionado ya podía sospechar: que Barcellona supera ampliamente a Flórez en dimensiones físicas y vocales. Sus dúos de “Cenerentola” o “La Favorita” no encajaron del todo, porque los caudales vocales son muy distintos. Mejor fueron las cosas en la propina, un tercer dúo de “El viaje a Reims”, donde Barcellona se contuvo más.
En sus arias dieron lo mejor de sí mismos. Barcellona ha conseguido eliminar la veladura que dejaba mate su timbre y ahora la voz se proyecta con brillantez. Este diferencia técnica le va a permitir un cambio de repertorio que ya se intuye, a lo Valentín-Terrani. El final de “Cenerentola” no le resultó lo más idóneo, pero bordó un aria de “La donna del lago” que hemos escuchado mil veces con distintos nombres. Así es Rossini. En la de “La Favorita”, sin ser Cossotto, consiguió arrebatar. Como mezzo falcon sobresale en el agudo, el centro se presta a una coloratura de mayor espectacularidad que limpieza y los graves superan el aprobado. Las agilidades de Flórez son en cambio una traca. No voy a repetir cuanto ya he escrito de sus características. Esta vez me ha llamado la atención el cuidado con el que termina y redondea todas las frases, así como la línea en “Spirto gentil” de “La Favorita” -¿Por qué ella en francés y él en italiano?- y en “A te o cara” de “I Puritani”. Rizzi drigió sin desmayos a una Orquesta de Castilla y León que cada vez suena mejor.
Un concierto de los que todo el mundo sale feliz. Flórez volverá al Real en dos años para cantar en versión de concierto “Orfeo y Euridice” de Gluck. No se impacienten. Gonzalo Alonso.

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