Descubrimiento histórico [Vivaldi, Var.: Tito Manlio, CNDM]
DESCUBRIMIENTO HISTÓRICO
Vivaldi: “Tito Manlio”. María Espada, VivicaGenaux, Ann Hallenberg, Nerea Berraondo, Magnus Staveland. Universo Barroco. CNDM. Auditorio Nacional, 23-3-2014.
Los estudios e investigaciones más recientes han puesto de relieve que, sin dejar de ser él mismo, sin perder su característica personalidad, Vivaldi tenía también cosas que decir en el ámbito teatral. En 1719 escribiría para Mantua “Tito Manlio”, obra potente de casi cuatro horas de duración sobre libreto de Matteo Noris. Un año más tarde Roma le encargó otra ópera sobre la misma base literaria. En ella intervinieron, junto a él, otros dos músicos, Gaetano Boni y Giovanni Giorgi, que redactaron los dos primeros actos, supervisados por el Prete Rosso, autor en su totalidad del tercero. La partitura de este “pasticcio” se perdió, pero en época reciente se han localizado en distintas bibliotecas veinte de sus arias, dos dúos y un coro. En este concierto han conocido su estreno en España. En total una hora cuarenta minutos.
Las arias son “da capo”, en muchos casos trazadas con mero oficio, pero en otros realmente magníficas, como la doliente “Se non v’aprite al di” de Manlio, la hermosa “Splenderfra´lciecoorror”, que discurre sobre “ostinati” muy expresivos, de Servilia, o la especialmente honda “Giàlasciò la nobil salma” de Tito. Puede que sea porque sabemos que es de la autoría vivaldiana, pero el acto tercero nos pareció mucho mejor que los otros dos. Se contó en el estrado con Concerto di Cavalieri, conjunto de época constituido por dieciséis profesores. Saben cantar, afinan y desarrollan un sonido y un estilo muy pulcros y musicales de la mano de su director Marcello di Lisa. Faltó en muchos instantes más arrebato, una acentuación más agresiva y una dinámica más contrastada.
El equipo vocal estuvo a estupendo nivel, excepto el tenor Magnus Staveland (Tito), de instrumento oscuro pero destemplado, afinación discutible y problemática coloratura. Las féminas fueron la soprano María Espada (Vitellia), gentil y segura, y las mezzosVivicaGenaux (Manlio), dominadora de las agilidades, Ann Hallenberg (Servilia), intencionada y precisa, y la muy joven Nerea Berraondo (Lucio), de timbre satinado y graves ahuecados. Arturo Reverter
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