Desde Madrid
El martes 17 de octubre se reunió el denominado “Consejo de música”, es decir, salvo contadas excepciones, el grupo de empleados, exempleados, amiguetes y destinatarios de prevendas con los que los sucesivos ministerios de cultura han justificado sus decisiones. Presidido por el director general del Inaem, José Antonio Campos y con la vicepresidencia del subdirector general de Música y Danza del centro, Antonio Garde, los nuevos consejeros son José Luis Turina, Félix Palomero, Jorge Fernández Guerra, Manuel Ferrand, Joan Francesc Marco, Inmaculada Tomás, Pilar Jurado, Enrique Gámez, Luis Martín, Rosa Torres Pardo, Ana Luisa Chova y Gloria Royo. El consejo ha sido convocado para elaborar un borrador de una posible ley de músics. Yo me pongo a temblar ante tal idea y tal personal.
Y, hablando de leyes, la nueva jefa del Auditorio Nacional ya ha heredado un problema nada más entrar: las contrataciones de sustitutos de personal de sala a través de una empresa de trabajo temporal, lo que podría de dudosa legalidad.
Patrick Alfaya se incorporará en una semana a la OCBYNC como su gerente, a pesar de no hablar catalán. ¿Se imaginan a un director de orquesta saludando con benvinguts a los músicoa rusos, chinos, etc?
A finales de octubre se reunirán responsables de la consejería de cultura de la Comunidad de Madrid para discutir el dictamen de los servicios jurídicos sobre la procedencia o no de admitir al concurso de privatización del Teatro del Escorial la propuesta de José Luis Moreno. En ella parece que ha existido un error de formulación económica.
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