Desengaño
Querido señor Beckmesser:
Le escribo con dolor para anunciarle que me voy. Abandono este país donde, a parte de nacer, vi cómo la Cultura era machacada y arrojada a los cerdos para su alimento.
Retorno a la serenidad de mi barco y la justicia del Mar.
Si le digo que sabía de la destitución del Ministro de Cultura quizá me tache de presuntuoso, pero lo que le puedo asegurar es que aún intento superar la conmoción del nombramiento de González Sinde.
Una señora que no sabe más que de lo suyo y no me parece, ya no saber sino quizá, poder mantener una conversación de altura con otras eminencias que se me ocurren del gremio de nuestra Ministra novel.
Señora elegida por nuestro Presidente, como él mismo dijo, por ser representativa de un sector; y se queda tan ancho.
Sin capacidad demostrada de gestión alguna ni experiencia política.
Que Zapatero salda así su cuenta con el sector del cine y que la SGAE ya se frota las manos, son las dos únicas cuestiones que se han mencionado en torno a su nombramiento.
Nadie preguntó, aunque fue una sorpresa, por qué se destituía a César Antonio Molina. Que lo cuente alguien sr. B.
Nadie preguntó tampoco si esta señora tiene capacidad para gestionar los recursos del Ministerio o si conocía previamente sus instituciones y competencias. Parece que se da por hecho.
Pero los que conocemos a músicos que funcionan a un nivel curricular comparable al de esta buena mujer, también conozco algún artista y director de teatro de trayectoria similar, esto elimina de la lista a los que su biografía supera con mucho a la citada que también los conocemos, pondríamos en duda su capacidad para manejar un ministerio. Creo que ellos mismos, no sé si en un gesto de modestia rechazarían el cargo. ¿Tendrá que ponerse al día contra reloj? ¿Tenemos tiempo para eso?
Ya conoce mi pasión por el B.O.E., es mi lectura preferida en el baño, pues bien, tengo la sensación de que las ayudas para la Cinematografía ya han salido todas más o menos, mientras que las de Teatro, Música, Danza y Circo, no. De las de Música Contemporánea mejor ni hablemos.
El año pasado a estas alturas, varias ya llevaban un mes publicadas.
¿Qué está pasando? Espero ver la cabeza de Marset en una bandeja de plástico duro.
No sé si todo será casualidad o la última de mis paranoias.
La cabeza de Marset rodará seguro, pero ¿qué vendrá después de la peste sino la desesperanza en forma de putrefacción?
El nerviosismo se respira, sr. B. pero nadie dice nada. Nada. Nada.
Realmente es por esto que me voy.
No soporto más esta asquerosa actitud del silencio. Prefiero el rumor del Mediterráneo balanceando suavemente el mascarón.
En las veces que le he escrito intenté sobre todo ilustrar algunos pensamientos y sucesos en la música de hoy.
Le hablé de la excelencia musical de los grandes grupos como el Barcelona216, el Plural Ensemble, el Grup Instrumental de Valencia, el Residencias. No le hablé de otros como el Taller Sonoro o unos que se han juntado en Salamanca, no sé por qué, con lo buenos que son. Que le pregunten a César Camarero. Cómo destrozan el repertorio del S. XX con unas interpretaciones lamentables, cómo se reparten las subvenciones, cómo están ahora algunos cogidos por las noblezas porque la subvención no llega y otros porque aún andan viendo cómo justificar la anterior.
Le hablé del Auditorio Nacional, con Clavero y su gesto ambiguo. Y José Manuel López, antes paladín de la modernidad afrancesada y ahora un retruécano de sí mismo, buen amigo de sus amigos.
Le hablé de las orquestas de adolescentes interpretando repertorio que les queda grande mientras que las orquestas de verdad tocan lo de siempre donde siempre.
Le menté hasta a su amigo Mortier, sr. B, por lo del estreno de Pilar Jurado. Y fíjese, no creo que fuera por mi comentario, pero ha sacado la diva un reportaje especial en un dominical del Mundo lleno de instantáneas impresionantes, acompañadas de otras fotos en el estudio, donde se muestra una más cruda realidad. A lo mejor se asegura el estreno por imposición mediática. Pero nadie dice nada. Nada. Nada.
La cuestión es sr. B. que hasta de lo que me parece el “Gran Escándalo de las Subvenciones” nadie ha dicho una sola palabra y sin embargó su escrito para iniciados desarrollado en “Globaland” con trama de faldas y tráfico de influencias resulta que trascendió.
Los caminos del Señor son inescrutables y mi paciencia con el género humano toca a su fin.
Con lo que en estas líneas le abandono para hacerme quien sabe si estilita de mástil o volver a la piratería que siempre me fue bien hasta que pueda retornar porque vuelva a crecer la hierba en las praderas.
Les dejo que se sigan peleando por Mortier y los duros del Real.
Mis amigos los contemporáneos, que se sigan matando entre ellos, como siempre, arañando la carroña con los dedos purulentos por sepsis acumulada debajo de las costras.
La música queda como tantas veces en manos del más listo, del único que sabe hacer las cosas, el gran cacique: Xavier Güell, que con sus temporadas de Música y Ópera de Hoy nos trae a algunos de los mejores intérpretes del mundo de música contemporánea y siempre aboga por compositores de nuestro país. Habría que convencerle de que los conciertos podrían ser más dinámicos y que los montajes operísticos son de lo peor en cuanto a puesta en escena, pero qué le vamos a hacer, no se puede tener todo. Bueno, nosotros no. Él que hace lo que le viene en gana, sí. Así se hace Don Xavier.
Por mi parte es todo. Sin más partiré al amanecer antes de que cambie el viento.
Podría convertir cada letra de esta la última carta que le escribo, amigo Sixtus, en una puñalada sobre un cojín de plumas y tendría que rellenar 6 folios para saciar mi rabia.
Es todo fruto de la incomprensión que me produce este país al que amo y me conformaré desde mañama con ver en el horizonte como la figura difusa de una ensoñación.
Un fuerte abrazo.
RdF
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