Despidos sorpresa en el Teatro Real
Hace pocos días el nuevo director general del Real dijo en una amplia reunión con empleados que esperaba que en cinco años se encontrasen todos en el teatro. El viernes fueron llamados a su despacho el abogado Juan Segura, que fue director de personal, Juan Marchán, que fue director de comunicación y ahora llevaba el proyecto externo del teatro y Panchi Tamayo para informarles que desde ese momento quedaban despedidos y tenían que recoger inmediatamente sus pertenencias. Simultáneamente se le cortó el acceso a sus ordenadores. Todo en el más puro estilo de un film americano sobre escándalos financieros. La diferencia estuvo en que en las películas americanas les seguían los vigilantes para comprobar su “salida” y aquí les ayudaron a empaquetar y cargar en los coches las cajas con sus pertenencias, plantas incluidas. Ahora el resto del personal piensa quienes serán los siguientes el próximo viernes.
¿Dirá algo Iñaqui Gabilondo cuando se entere? No en vano afirmó en una reciente Junta de Protectores del teatro que una de las cosas que más le impresionaban del Real era la labor externa, por ejemplo en las penitenciarias y que esa era el camino que debía seguir un teatro en tiempos de crisis.
Triste es tener que despedir gente, pero resulta escandaloso que simultáneamente se tire el dinero por la ventana. ¿Acaso no es eso todo lo que ha rodeado los ensayos de “Poppea y Nerón”, con ocurrencias sucesivas cada vez más costosas empezando por el vestuario? ¿Cuánto ha costado esta caprichos recreación del señor Mortier de la ópera de Monteverdi, contando escenografía, orquesta y derechos de autor? ¿Cuánto está costando almacenar la de Pizzi que pagó el Real hace dos años y duerme en containers? ¿Habrían sido necesarios estos despidos y la rebaja de salarios al personal si alguien hubiera parado en seco los caprichos arbitrarios del director artístico? Hay que ser coherentes, pero no es lo que se lleva. Ahí está el señor Rajoy para demostrarlo, pidiendo una unión bancaria y fiscal y manifestando desprecio a las recomendaciones del FMI y BCE.
Al final, en uno y otro sitio, en el Teatro Real y España pasará lo que muchos sabemos. ¿Hace falta aclararlo?
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