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Por Publicado el: 02/07/2015Categorías: Crítica

Don Giovanni en Londres: más sombras que luces

DON GIOVANNI (W A. MOZART)
Covent Garden de Londres. 1 Julio 2015
El nivel de exigencia que uno aplica en distintos teatros de ópera es un asunto muy subjetivo. Está claro que no puede ponerse el listón de medida a la misma altura en todos los teatros. A partir de ahí, las valoraciones subjetivas comienzan a jugar. Hace mucho tiempo que procuro objetivar el nivel de exigencia y lo hago teniendo en cuenta el  sacrificio  que  supone  al  espectador  asistir  a  una  representación de  ópera.  Esto significa que fundamentalmente es el propio teatro quien coloca la vara de medir a la hora de fijar los precios de las representaciones. A esto se añaden otras valoraciones más subjetivas, pero también dignas de tenerse en cuenta. Cuando uno hace un viaje para ver una ópera,  no cabe duda de que las expectativas son altas, ya que de otro modo no se habría producido el viaje. Valgan estas líneas para explicar que yo no he venido a Londres para ver un Don Giovanni más, sino una representación digna de uno de los más importantes teatros de ópera del mundo. Pues bien, el resultado ha quedado por debajo del nivel exigible.

DON GIOVANNI. COVENT GARDEN.2015_page5_image1Escena

Ha vuelto a ofrecerse la producción de Kasper Holten, el actual director artístico de la Royal Opera House, que se estrenara en este teatro a principios del año pasado. Tuve entonces oportunidad de verla y no me gustó. Ya sin posible factor sorpresa, la valoración no puede cambiar a mejor. La escenografía de Es Devlin   consiste en un bloque giratorio, en el que se sitúan dos niveles de apartamentos, unidos por escaleras interiores, que dan a distintas puertas, resultando todo ello bastante confuso. Al propio tiempo los decorados sirven de pantalla para proyecciones de videos más o menos alusivas al asunto. El vestuario de Anja Vang Kragh resulta francamente atractivo en los personajes de Donna Anna y Donna Elvira, respondiendo a la época victoriana, mientras que el del resto de personajes tiene menos interés. Resulta francamente buena la iluminación de Bruno Poe

DON GIOVANNI. COVENT GARDEN.2015_page5_image2Escena

Kaspar Holten ofrece una visión de los distintos personajes un tanto ambivalente, en el que nadie es ni bueno ni malo, sino todo a la vez. Los personajes que resultan mejor tratados son los de las dos damas mencionadas más arriba, mientras que quedan muy desdibujados   Zerlina, Masetto y Don Ottavio. En general, se echa en falta una más cuidada dirección de actores. Particularmente decepcionantes resultan las escenas del cementerio (no hay tal) y de la cena, que se desarrollan en las escaleras, no entrando nunca en contacto el Comendador y Don Giovanni. En resumen, una producción de muy poco interés, que acaba aburriendo. Nuevamente, se corta la moraleja, lo que irritará a uno y alegrará a otros.

En la ocasión referida del estreno de esta producción la dirección musical estuvo en manos de Nicola Luisotti, cuya labor me pareció poco mozartiana.   Ahora le ha sustituido en el podio el francés Alain Altinoglu, quien tampoco me ha resultado especialmente convincente. En general, me pareció una versión cuidada, pero falta de la necesaria   energía,   resultando   un   tanto   blanda.   Me   pareció   particularmente decepcionante la obertura, en la que la Orquesta de la Royal Opera House sonó  muy por debajo del nivel que suele ofrecer habitualmente. Luego las cosas mejoraron, pero recuerdo  mucho  mejores  actuaciones  de  esta  excelente  orquesta  en  manos  más inspiradas que las del director francés. Adecuado el Coro de la Royal Opera House en sus breves intervenciones.
El reparto vocal ofrecía luces y sombras y son precisamente éstas la que uno no espera encontrarse en un reparto de este teatro. En general, funcionaron mejor las mujeres que los hombres, aunque hubo de todo.

DON GIOVANNI. COVENT GARDEN.2015_page5_image3Christopher Maltman y Eric Halfvarson

El protagonista era el barítono británico Christopher Maltman, que es indudablemente uno de los mejores intérpretes del personaje en la actualidad, especialmente en lo que se refiere a la intención con que hace los recitativos, que en esta ópera tanta importancia tienen en el resultado final de la mima. Su actuación fue globalmente convincente, con un lunar importante en la interpretación de la endiablada aria Fin ch’han dal vino, en la que tuvo evidentes problemas de regulación del fiato, poco ayudado por el maestro Altinoglu, que llevó el aria con tiempos demasiado lentos.

Otro británico, Simon Bailey, fue el intérprete de Leporello y su actuación me pareció digna, pero más modesta que la que uno puede esperar de este teatro. Entre Alex Esposito hace casi dos años y Simon Bailey hay una notable diferencia tanto escénica como vocalmente. La voz del británico resulta demasiado clara para Leporello hasta el punto de resultar menos oscura que la de Don Giovanni.

La soprano rusa Albina Shagimuratova fue una notable intérprete de Donna Anna. Esta soprano ha paseado su Reina de la Noche por los principales coliseos del mundo y ha demostrado en esta ocasión que es más que una pura soprano ligera con facilidad en las notas estratosféricas. La voz recuerda en gran medida a la de   Diana Damrau, resultado una muy adecuada Donna Anna, que resuelve sin problemas las dificultades de sus dos arias, incluyendo las agilidades. A mi parecer le falta algo más de personalidad para ser una Donna Anna de primerísimo nivel.

La soprano alemana Dorothea Röschmann es una de las cantantes mozartianas más reconocidas de los últimos años y pocas pegas pueden ponerse a su interpretación de Donna Elvira. Su línea de canto es particularmente apropiada para la música de Mozart, ofreciendo una voz atractiva y buen temperamento escénico. El único problema que ofrece es el hecho de que sus notas más altas resultan destempladas y abiertas.

DON GIOVANNI. COVENT GARDEN.2015_page5_image4Rolando Villazón y Albina Shagimuratova

Rolando Villazón fue Don Ottavio y no deja de llamar la atención su presencia en un personaje de este tipo, pero su estado vocal está claro que no le permite abordar otro tipo de personajes heroicos. Su interpretación escénica fue mucho más convincente que lo que estamos acostumbrados en este personaje simple donde los haya. Otra cosa es su interpretación musical, que no responde precisamente a las exigencias de la música de Mozart. Digamos que sus dos arias las cantó como se espera de Villazón y no de un consumado especialista mozartiano. Indudablemente, poco queda del Villazón de hace unos años, con la voz bastante reducida y los agudos siempre con dificultades para salir del escenario.

Decepcionante me resultó la soprano rusa Julia Lezhneva en la parte de Zerlina. La voz frece más volumen que el que se espera en este personaje, pero me sorprendíó la escasa calidad de su timbre, que nada tiene que ver con lo que muchas veces he leído sobre sus actuaciones. Hay un sonido percutante en gran parte de la tesitura que resulta muy poco agradable. Es posible que no se encontrara en plenas facultades físicas, pero no hubo ningún aviso de indisposición.

El bajo americano Eric Halfvarson es uno de los indiscutibles intérpretes del personaje del Comendador en los últimos años, ya que su voz tiene todo lo requerido para dar prestancia al personaje. Hay un exceso de vibrato, pero uno se olvida de ello.
Finalmente, Nahuel Di Pierro cumplió bien en la parte de Masetto.

DON GIOVANNI. COVENT GARDEN.2015_page5_image5Julia Lezhneva

El Covent Garden estaba lleno y el público se mostró cálido, aunque no entusiasmado con los artistas. A escena abierta las mayores ovaciones fueron para Rolando Villazón, lo que no deja de llamar la atención.

La representación comenzó con 5 minutos de retraso y tuvo una duración total de 3 horas y 22 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 46 minutos. Cuatro minutos de aplausos.

La localidad más cara costaba 190 libras (265 euros), habiendo butacas de platea por 177  
libras (245 euros). La entrada más barata costaba 30 libras (43 euros). José M. Irurzun

Fotos: Bill Cooper

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