Don Quijote cabalga
Ciclo de la CAM
Don Quijote cabalga
Obras de Gombáu, Conrado del Campo y Strauss. N.Gutman, chelo. N.Pou, viola. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Director: A.Posada. Auditorio Nacional. Madrid, 19 de abril
Hay personas con suerte y Zapatero es una de ellas. Nada más lanzar su panegírico sobre el aniversario del Quijote he aquí que la Sinfónica de Castilla y León deja su imprenta en Madrid con un programa enteramente quijotesco. Estaba naturalmente programado de antemano. Y no fue una quijotada de la orquesta castellana, sino una muestra real de cómo se puede vencer a los molinos.
Es una pena que nuestro patrimonio musical esté tan descuidado por las instituciones como para que la “Evocación y nostalgia de los molinos de viento” de Conrado del Campo o incluso el “Don Quijote velando las armas” de Gerardo Gombáu sean partituras casi inéditas discográficamente. Merecen sin duda una mayor difusión. Gombáu nos traslada a la primera alucinación del personaje cervantino para, ya al final, caer en una especie de himno triunfalista a lo “NODO”. La partitura de Del Campo obliga a reflexionar sobre la cantidad de buena música que nos hubiera dejado de haber podido disponer de más tiempo para componer. Hay mucho de Strauss en su versión del Quijote, como no podía ser menos dada su admiración por el muniqués, con quien tuvo contactos personales y musicales tanto en Madrid como en Viena. Era la primera vez que recuerdo escuchar a Alejandro Posada y la impresión es muy positiva. Posee elegancia en los gestos, que resultan claros y, lo que es más importante, transmite vitalidad a sus lecturas. No estamos ante versiones planas, sino con sus correspondientes colores, intensidades y clímax. No hay rutina, sino ganas de hacer música. Natalia Gutman la construye raudales. Es intérprete de tanta sensibilidad en su aliento lírico como amplitud de sonido. Nestor Pou tiene el mérito de ser capaz de mantener el tipo en el diálogo con Gutman. La Sinfónica de Castilla y León es ya una de las mejores agrupaciones de nuestro país, una muestra más de lo mucho que hemos avanzado en este campo, y sus solistas reúnen nivel. Sólo un pero: la tendencia al desbordamiento sonoro. No se cae en él pero se está a punto. Posiblemente su causa sean las acústicamente problemáticas salas donde suele tocar la orquesta. Hubo mucho entusiasmo en la reacción del público, pero ninguna propina. Gonzalo ALONSO
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