Dos recreaciones de Paco Mir de diversión asegurada
Temporada del Canal
Dos recreaciones de Paco Mir de diversión asegurada
“Dos peor que uno” de R.Bean. F.Gil, M.Ibarguren, P.Vives, M.Abascal, etc. Paco Mir, adaptación. Teatros del Canal.
“La ópera de cuatro notas” de T.Johnson. R.Iniesta, A.C.Marco, F.Sánchez, A.Sánchez, F.Crespo, J.Carmena (piano). M.Coves, dirección musical. P.Mir, adaptación. Teatro del Canal, 8 de abril
Los Teatros del Canal vienen realizando desde hace años una programación llena de personalidad e imaginación que logra apartarse del resto de salas y ha encontrado un hueco que permite contar con su propio público. Albert Boadella y Jorge Cuya son artífices de esta labor encomiable que realizan para la Comunidad de Madrid a través de una empresa que ha tenido que ganar el correspondiente concurso y esta última vez no demasiado bien planteado en sus bases.
Que tenga su propio público no quita para que el “todo Madrid musical” se congregase el miércoles en el estreno de “La ópera de cuatro notas”. Es sorprendente el éxito de Tom Johnson con esta peculiar ópera desde que la estrenase en 1972 y en la que se escuchan tan sólo con cuatro notas –re, la, mi, si- a lo largo de algo más de una hora. No crean que cansa, ya que incluso su reiteración, manejada eso sí con gran habilidad, hace reír al público a causa de una trama que parodia el supuesto comportamiento de los cantantes líricos. Comienza con los consabidos chistes y termina con un bis que no es sino un trío anterior convertido en quinteto para que se luzcan los cinco protagonistas –piano aparte- tenor, barítono, bajo, contralto y soprano, parte en la que Ruth Iniesta sobresale. Buen trabajo de Paco Mir y Manuel Coves para una curiosa obra intrascendente.
Igual de intrascendente es “Dos peor que uno”, una comedia musical de Richard Bean que mantiene la sonrisa de principio a fin gracias de nuevo a Paco Mir y la actuación entregada, divertida y magnífica de Fernando Gil, con sabrosos diálogos con el público, llegando asacar a escena a algún espectador inadvertido y también a alguno que no es tal sino un actor más. Texto inspirado en Goldoni que encierra amor, celos, engaños, rivalidades o equívocos que divierte acompañado por unos números musicales de corte radiofónico de primera mitad del pasado siglo. Se agradecen piezas de este tipo que ayudan a desengrasar. Gonzalo Alonso
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