Dos reyes en apuros
Dos reyes en apuros
Este fin de semana empiezan los dos festivales considerados tradicionalmente como los reyes del género. Bayreuth lo hizo ayer con “Parsifal” y Salzburgo abre hoy con “Don Giovanni”. Es curioso que en ambos casos sean dos directores italianos –Daniele Gatti y Riccardo Muti- quienes suscitan casi la mayor expectación.
Muti necesitaba un podio de prestigio tras abandonar la Scala y en Salzburgo encuentra su oportunidad con dos de los seis títulos programados: “La flauta mágica” y, muy especialmente, “Otello”. Frente a su nombre palidecen las otras batutas contratadas para esta edición. Bertrand de Billy, Yannick Nézet-Séguin, Peter Eötvös y Franz Welser-Möst, que dirigirán respectivamente “Don Giovanni“, “Romeo y Julieta“, “El Castillo de Barba Azul“ y “Rusalka“, es dudoso que merezcan individualmente y por sí mismos un viaje a Centroeuropa así como los 350€ de una butaca. Tampoco los repartos proporcionan un atractivo adicional a cualquiera de los teatros de ópera de primera fila en el mundo, centrándose la atención en los nuevos lanzamientos de las multinacionales –este año el caso de la joven georgiana de 25 años Nino Machaidze como Julieta- cada día más dispuestas a emplear a fondo la estrategia “kleenex“.
Con tales mimbres y apenas seis óperas, resulta obvio que en Salzburgo no hay fondos para mantener su pasada grandeza y el festival, dentro de su tradicional imagen, carece de sentido sin un nivel excepcional. Jürgen Flimm, hombre experimentado en teatro, cine e incluso ópera, no lo tenía fácil y parece que ha apostado por las direcciones escénicas, reuniendo a Claus Guth, Stephen Langridge, Bartlett Sher, Johan Simons, Pierre Audi, Jossi Wieler y Sergio Morabito, en un intento por compatibilizar la tradición con la modernidad. En ello habrán influido poderosamente las exigencias de Muti, a quien no le gustan los experimentos escénicos con gaseosa. No con gaseosa, sino con importantes “chutes” se presenta “Don Giovanni”, al estilo de lo que ya hiciera hace casi 30 años Peter Sellars. Drogas, sexo y sangre se unirán para ofrecer una visión que hace de Don Juan un personaje deseoso de apurar hasta la última gota que pueda ofrecer la vida. La cuestión es si quienes pagan 350€ por una butaca buscan tales experiencias escénicas, ya que muchos teatros alemanes dados a ellas se están encontrando con notables problemas de taquilla.
En Bayreuth, tantos años en la cola de modernidad, parece que el viejo Wolfgang Wagner quiere despedirse renovando su teatro. En la página web del festival, hasta hace bien poco viva imagen de la desnutrición cibernética, se podrá acceder a uno de los títulos –los frustrados “Maestros cantores” de su hija Katharina, co-sucesora junto a la otra hija Eva en las responsabilidades sobre el teatro de la colina sagrada- así como disfrutar o sufrir con él en una explanada mediante una pantalla gigante. La entrada será para estos gratuita, mientras que quienes accedan por ordenador habrán de pagar la nada despreciable suma de 49€, sin duda excesiva hoy por hoy. Gonzalo Alonso
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