Dramatismo en exceso
Ciclo Mozart-Arriaga
Dramatismo en exceso
Obras de Mozart y Arriaga. Emma Bell, soprano. Al Ayre Español. Eduardo López Banzo, director. Teatro Real. Madrid, 12 de diciembre.
El Teatro Real ha cerrado con un tercer concierto los festejos de las efemérides de Mozart y Arriaga, compositores nacidos justo con cincuenta años de diferencia. Por más que ambos fallecieran prematuramente sería injusta cualquier comparación. A Mozart le dio tiempo a demostrar su genio y a Arriaga simplemente a manifestar posibilidades. Así sucede en la académica obertura Op.1, escrita a los doce años, o en el aria de “Medea”.
Eduardo López Banzo posee una gran virtud: se divierte haciendo música y sabe transmitir su gozo al espectador. Sus lecturas son siempre vivas, lo que no debería impedir que estuviesen también más contrastadas, algo que quizá faltó en la obertura de “Don Giovanni”.
La carrera de la soprano Emma Bell es aún breve, pero sin embargo interesante. A pesar de la escuela inglesa de la que proviene no estamos ante una más de esas vocecitas afinadas pero insípidas. Estamos por el contrario ante una voz de considerable volumen, no siempre afinada perfectamente afinada y bastante comunicativa. Su problema es que unas condiciones de este tipo, dado el panorama existente hoy, la lanzan a abordar un repertorio demasiado dramático, que no la conviene. Freni, por poner un ejemplo, poseía mucha más voz, pero nunca cantó en escena aquella “Madama Butterfly” con la que, aún hoy, es referencia en disco. De ahí que, en los teatrales pasajes de “Ah, lo previdi” de Mozart o la amplia escena de “Herminie” de Arriaga, el timbre se tornase nasal y metálico e incluso calante alguna nota. En cambio dio gusto escucharla en los pasajes más líricos y suaves, porque sabe cantar. Gonzalo Alonso
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