Dresde: Una ópera muy divertida de un compositor prematuramente desaparecido
NACHTAUSGABE (P. RONNEFELD)
Semperoper 2 de Dresde. 4 Octubre 2014.
Peter Ronnefeld fue un precoz y destacado compositor y director alemán, de quien se cumplirán el año próximo los 50 años de su muerte. Ronnefeld nació en Dresde en 1935 en una familia de músicos (su padre era profesor de la Staatskapelle Dresden) y pronto dio muestras de su precocidad, al escribir una Pequeña Suite para orquesta a la edad de 14 años. Con poco más de 20 años era profesor del Mozarteum de Salzburgo, habiendo sido en Viena asistente de Herbert Von Karajan, pasando a director principal invitado de Bonn y llegando a convertirse en director musical de la ópera de Kiel con tan solo 28 años. Fue en esta ciudad donde falleció con 30 años. Su hijo Matthias fue también compositor y murió a la edad de 27 años, estando enterrados juntos en el cementerio de Grinzing en Viena.
Los Ronnefeld (Peter y Minna) con el padre del compositor ante la Semperoper (1964)
Estamos, por tanto, ante un músico muy importante, cuya obra se vio truncada por su temprana muerte. Compuso dos óperas que hoy están totalmente olvidadas. La primera de ellas es precisamente Nachtausgabe, compuesta en 1956 para sus alumnos del Mozartum de Sazburgo, y la más importante, The Ant (La Hormiga), compuesta entre 1959 y 1961, y estrenada póstumamente en Kiel bajo la dirección de Gerd Albrecht.
Nachtausgabe – Edición de Noche en su traducción literal – es una sátira divertida dirigida al periodismo sensacionalista (todavía no había televisión) y creo que su título más adecuado en español sería el de: ¡Última Hora! Peter Ronnefeld la bautizó como Ópera Piccola en 5 Escenas y trata de unos jóvenes bohemios que idean el secuestro fingido y pactado de la hija de la extraña amiga de la dueña de la casa donde viven, para llenar las páginas del periódico sensacionalista donde ellos trabajan, terminando todo de manera feliz y divertida. Se trata de una ópera muy divertida, con una orquesta reducida, en la que abunda la percusión y en la que no hay melodías de las que uno tararea al salir del teatro, pero la partitura tiene páginas perfectamente cantábiles para todos los solistas. No pretende ser una ópera para exhibir cualidades vocales, ya que no hay que olvidar que fue compuesta para los jóvenes alumnos de Ronnefeld en Salzburgo, pero se ve con agrado y uno no puede sino lamentar que este importante músico hubiera murto a edad tan temprana.
La sala Semperoper 2 es un teatrito pequeño, con gradas para el público, que puede albergar unas 200 personas. La producción de Manfred Weiss, es un trabajo muy adecuado y divertido, consiguiendo que los solistas vivan con intensidad sus personajes. La escenografía de Arne Walther saca un notable partido del reducido espacio escénico, con dos pequeñas habitaciones a derecha e izquierda, que son ocupadas por la dueña y los bohemios, respectivamente, separadas por unos pasillos que figuran calles con adoquines y farolas. El vestuario de Nina Reichmann responde a la época de composición y resulta adecuado y sin mayores pretensiones. Correcta la iluminación de Steffen Adermann. La producción es imaginativa y muy bien resuelta.
La parte musical estaba encomendada a la reducida Orquesta Giuseppe Sinopoli Akademie der Staatskapelle Dresden. Es decir, también aquí estamos con jóvenes, que lo hacen estupendamente. La orquesta se sitúa en la parte de atrás del escenario en una especie de pequeño foso, lo que ayuda a que las voces lleguen sin problemas a la sala. En la dirección musical estaba Ekkehard Klemm, que fue el responsable final de de que el espectáculo funcionara perfectamente.
Los solistas, como digo más arriba, son jóvenes cantantes, prácticamente desconocidos, que lo hacen francamente bien, aunque no sean precisamente las voces lo más importante en esta ópera. Muy divertido el barítono americano Evan Hugues, perfecto en el personaje de Emma Becker, la dueña de la casa. Muy divertida en sus exageraciones escénicas la soprano Christiane Hossfeld como su amiga Anna Pachulke. El objeto del supuesto secuestro era Renée Pachulke, la hija de la anterior, que fue interpretada por una desenvuelta y divertida Jennifer Riedel, soprano de coloratura que resuelve bien la parte en todos los sentidos. Los bohemios estuvieron adecuadamente cubiertos por el tenor Patrick Vogel (Ping Schma Fu), el barítono Julian Arsenault (Lothar) y el tenor Christopher Tiesi (el excéntrico italiano Mario Caraccini). Muy adecuado, Tom Martinsen como Editor del periódico, así como Sebastian Wartig en la parte del Comisario. Divertido también Karl-Heinz Koch como Policía.
El editor, la “secuestrada” y los bohemios
La sala Semperoper 2 estaba llena y el público aplaudió con fuerza a los artistas, incluyendo al equipo creativo. Lamenté que no saliera a saludar la viuda de Peter Ronnefeld, Minna, que había anunciado su presencia. Supongo que, finalmente, no pudo asistir al estreno.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 1 hora y 5 minutos, sin interrupción. Los intensos aplausos finales se prolongaron durante 6 minutos.
El precio de la localidad única era de 16 euros. José M. Irurzun
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