El buque fantasma revienta
El buque fantasma revienta
“El holandés errante” de Wagner. Peter Rose, Catherine Naglestad, Klaus Florian Vogt, MaryHeike Grötzinger, Jussi Myllys, Michael Volle. Coro y Orquesta de la Bayerische Staatsoper. Peter Konwitschny, dirección escénica. Asher Fisch, dirección musical. Bayerische Staatoper. Munich, 5 de marzo de 2016
Konwitschny no deja nunca indiferente a nadie. Su “Holandés” aporta dos novedades de consideración. De un lado las hilanderías no son tales o, al menos, no se están dedicando a sus labores sino a pedalear haciendo spinning con ropa de gimnasio. En bata blanca, proveniente de la sala masculina de musculación, aparece Erik. De otro, lo más grave, cambia el final. Senta no se arroja al mar ni embarca con el holandés, sino que hace explotar los barriles de pólvora de la taberna donde se celebra la fiesta final entre las tripulaciones de sendos barcos. Como todos mueren no puede sonar el final que Wagner escribió tal como lo deseó, sino que los últimos acordes suenan lejanos e inaudibles provenientes de una grabación enlatada. Para nota.
Afortunadamente las voces compensan tales desatinos escénicos. Michael Volle redondea el holandés con su poderosa voz, que no deja flecos por atar y el Dalan de Peter Rose le sigue a tono, mientras que no cabe reparo alguno a la Senta de Catherine Naglestad. Las tres voces adecuadas y potentes. Klaus Florian Vogt es un lujo como Erik, a pesar de que a su timbre angelical le falte cuerpo para el inicio de la escena final y raspe una nota. Otra cosa son los temores que pueda suscitar su próximo debut como Tannhauser. Adam Fisher concertó con su rutinaria capacidad habitual. Gonzalo Alonso
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