El culebrón sigue. Menos de media docena de sindicalistas están haciendo un flaco favor al coro. Continúa la huelga esta semana y aún así se ha mantenido en programa “Alexander Nevsky”. Eso sí, gracias al acuerdo entre el INAEM y RTVE por el cual el Coro de la RTVE ha de actuar por obligación sustituyendo a los huelguistas. Es inconcebible que un director de orquesta se avenga a dirigir la obra con 50 coristas y más aún tras haber declarado que no lo haría si no podía contar con el número adecuado. Mal servicio prestó en esto Fabio Luisi cuando incomprensiblemente se atrevió con un “Requiem” de Verdi con 12 coristas.

Incorrección total la de Ramón Tebar, director del concierto de esta semana, al levantar para que saludasen los doce cantantes del Coro Nacional presentes en el escenario y no a los cuarenta del de la RTVE e incomprensible totalmente que se pida a este coro que suene con 5o coristas como si fuesen el doble, sobre todo cuando la orquesta ha ensayado con más de cien y su sonido no se ha atenuado al pasar a la mitad. Menos mal que los micrófonos de Radio Clásica han resuelto el problema en la retransmisión dominical.

Inaceptable lo que sucedió hace pocos días con “Carmina Burana” en la sede de la RTVE. Participaban ambos coros, pero el de l ONE anunció que haría huelga, con lo que la RTVE hubo de completar plantilla a los que tuvo que pagar cuando, finalmente, los de la ONE decidieron cantar. Así no se hacen las cosas.

La pretensión del coro de la Nacional de una plantilla de 130 miembros, cuando muy raramente el repertorio solicita tal número, sólo se justifica por segundas intenciones: las de tener más tiempo libre para otras actividades particulares al margen del INAEM. Los coristas de la ONE son funcionarios con dedicación exclusiva, pero algunos de ellos escriben sin pudor en sus curriculum profesionales “Actualmente es miembro del Coro Nacional de España, actividad que alterna con doblaje musical de películas de animación y locución de documentales audiovisuales”. ¿A qué espera el INAEM para actuar? Lo primero habría de ser explicar las verdades del asunto a ese público que, por desconocimiento, reacciona con aplausos al “¡Viva el Coro Nacional!” que entona un allegado en los conciertos.

El tema aún dará más de sí.