El concierto del mes: la gala del Metropolitan
El concierto del mes: la gala del Metropolitan
Los tiempos han cambiado mucho. Mientras que las salas de concierto y las casas de ópera se van llenando de un público cada vez más pudiente en lo económico y más canoso en su estado físico, los que no podemos permitirnos gastar los mil y pico euros que nos iba a costar acercarnos al Met a ver la gala más famosa de año nos sentimos cada vez más cerca de esos artistas que admiramos a través de nuestros dispositivos móviles.
Esta gala, en la que el Metropolitan celebraba sus 5o años con sede en el Lincoln Center, quedará para la historia como el año de los “selfies”, en el que hemos podido ver pululando por los pasillos del Met a las grandes estrellas de la ópera de buen rollo (otra cosa será cómo se lleven en privado), mostrándonos la mejor de sus sonrisas y los trajes más exclusivos.
Pretty Yende hizo fotos por doquier a la mayoría de los cantantes, mientras que Isabel Leonard (con un traje de Escada, por cierto) se hizo un selfie con Sonya Yoncheva y la divísima Anna Netrebko mostró su traje de geisha diseñado especialmente para la gala desde el camerino (por cierto, es de suponer el lío entre tanta estrella para repartir camerinos).
Vittorio Grigolo compartió un selfie con Netrebko y Kristine Opolais antes de la gala.
Michael Fabiano también se hizo una foto con sus compañeros tenores, mientras que Angela Meade compartió un momento de ternura con su esposo.
Dejando atrás la parte frívola y divertida de la gala, la sorpresa la dio Dmitri Hvorostovsky, que no estaba previsto en programa. El barítono, diagnosticado de tumor cerebral en junio de 2015, fue presentado por el propio director del teatro, Peter Gelb, con estas palabras: “Es un honor presentar a uno de los artistas más maravillosos y más grandes, que ha desafiado todas las probabilidades y a los dioses para estar aquí esta noche”.
Hvorostovsky se llevó una ovación de las 4.000 personas que llenaban la sala del Metropolitan y de la orquesta al completo antes incluso de cantar el “Cortigiani, vil razza dannata” del Rigoletto de Verdi. El barítono es especialmente querido por ese público, que le ha escuchado en la sala neoyorquina en más de 200 ocasiones.
De vuelta en Londres, Hvorostovsky quiso agradecer a Gelb su invitación con estas palabras: “La gala de ayer me ha dado mucha vida… y esperanza”
Tras de la overtura de West Side Story de Leonard Bernstein, de quien se celebran los cien años de su nacimiento en 2018, el programa incluía 30 arias, conjuntos y números de coro intercalados con algunos vídeos de las viejas estrellas que hicieron grande el Metropolitan, la gala duró cinco horas… un verdadero maratón, en parte por la proliferación de vídeos en los que el teatro mostraba un poco de casi todo lo que ha pasado por la Casa en estos 50 años.
Gelb eligió para el inicio de la Gala el número de coro “Alexandria, this is the news” de la ópera de Samuel Barber Antony and Cleopatra, ya que ésta fue la ópera que abrió la nueva sede del Met el 16 de septiembre de 1966. Antes, se pudo ver en vídeo una entrevista con Leontyne Price, la legendaria soprano de 90 años que estrenó la obra.
Plácido Domingo entró en escena para cantar el “Nemico della patria” de Andrea Chenier y compartió con Renée Fleming el dúo de Thäis, poco después que ella cantara el aria de la ópera con la que debutó en el Met, Las bodas de Figaro.
Anna Netrebko encandiló al público con el aria de Macbeth y estrenó su ya famoso traje para cantar “Un bel di” de Madama Butterfly.
Tres maestros compartieron el podio: el director musical emérito James Levine, quien hizo su debut en el Met tan sólo cinco años después de su apertura y es seguramente el líder más influyente de la casa, el joven Yannick Nézet-Séguin, quien sucederá en el trono a Levine en 2020 y Marco Armiliato, uno de los directores más activos del Met (con más de 400 funciones a sus espaldas).
Angela Meade hizo su primera aparición con el terceto “Qual volutta trascorrere” de I Lombardi de Verdi acompañada por el tenor de moda del Met, Michael Fabiano y el bajo-barítono Gunther Groissbock.
Otros momentos para las óperas más conocidas los dieron la soprano Sonya Yoncheva y el tenor Joseph Calleja cantando el dúo del primer acto de La Boheme y el aplaudidísimo tenor Javier Camarena que interpretó, bajo la batuta de Armiliato, el “Ah! mes amis” de La hija del regimiento (que recientemente ha cantado en Las Palmas) con un éxito abrumador. La crítica neoyorquina ha asegurado que nadie, desde Pavarotti en los setenta, ha cantado tan bien este título.
De la tesitura de mezzosoprano hubo grandes momentos, Elina Garanca cantó el aria de Samson et Dalila de Saint-Saens y Stephanie Blythe el dúo de Julio César de Haendel junto al contratenor David Daniels. Pero en el Met esperaban la entrada de su gran diva, la enorme Joyce DiDonato, que no defraudó con “Bel raggio lusinghier” de la rossiniana Semiramide.
Y como toda gran gala que se precie, la gala terminó con el final del segundo acto de Aida. Sorprendente que en lo que va siendo el “good bye” del capo del Met de 1976 a 2016 no sonara una sola nota de Strauss y sólo un poco de Wagner.
En fin, que sólo por soñar un poco, esperemos que en un futuro bastante improbable podamos ver en la televisión la gala desde el Metropolitan en vez del concurso de Eurovisión…, pero como en el monólogo de Segismundo “Que toda la vida es sueño, y los sueños sueños son”.
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