El espíritu de Cervantes en el Palacio Real
EL ESPÍRITU DE CERVANTES
Haydn: “Cuartetos” “op 20/2” y “op. 20/6”. Cristóbal Halffter: “Cuarteto nº 9 In memoriam Miguel de Cervantes”. Cuarteto Quiroga. Palacio Real, Madrid. 29 de septiembre de 2016.
Ha sido un auténtico placer escuchar, en la diáfana acústica del Salón de Columnas del Palacio Real, los famosos Stradivarius que allí se guardan tañidos por sus últimos cuidadores, los miembros del Cuarteto Quiroga. Sonoridades rotundas, espejeantes, cristalinas, envueltas en una pátina de rara y atractiva sensualidad que enriqueció la pulcra y elocuente interpretación de dos de las obras más bellas del “op. 20” de Haydn, que se escucharon en su justo punto de equilibrio polifónico, de exacta acentuación, de transparencia.
Ya desde el principio del “op. 20 nº 6”, cuyas exquisitas figuraciones fueron expuestas de forma alígera y sentido de lo danzable, advertimos la calidad de la recreación, que adquirió total brillo y empaque en el sutil y sigiloso encaje virtuoso de la fuga con tres sujetos del “Finale”. Nos entregamos luego, en la obra “nº 2” del cuaderno haydniano, que nace con una garbosa frase del chelo, a la “cantabilità” de su “Moderato”, a la fantasía del original “Adagio” y, de nuevo, al curso polifónico de un cierre fugado, en este caso con cuatro sujetos,
El sabor clásico de estas partituras contrastó vivamente con el lenguaje expresivo, variado, poblado de claroscuros, humanísimo, de la composición de Halffter, llena de ideas, de propuestas, de preguntas, de profundos soliloquios, evocadores de la figura del autor del “Quijote”. Se nos muestra todo el horror ante la contemplación de los restos mortales y, al tiempo, toda la elevada espiritualidad que desprende su memoria. La obra recoge rasgos muy propios del anciano y aplaudido compositor, que hizo la presentación de sus propios pentagramas.
En ellos se alternan acordes furiosos, crispados, dramáticos “fugati”, pianísimos, sonoridades astrales, pequeñas células microtonales, estratégicos silencios, severas frases. En dos ocasiones Halffter nos trae músicas del pasado: de Cabezón, a través de delicados “pizzicati”, y de Morales, en el curso de un aire cuasi religioso que se diluye en suaves disonancias. El Quiroga tocó con refinamiento y hondura. El bis, muy apropiado –una transcripción del “Kyrie” de la “Missa pro defunctis” de Cristóbal de Morales-, fue el mejor de los remates. Arturo Reverter
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