J.S. Bach/G.-Haussmann © BA-Leipzig

• El retrato del músico vuelve a Leipzig

Mañana, 12 de junio, tras dos siglos y medio de ausencia, el famoso retrato de Johann Sebastian Bach firmado por su contemporáneo, el pintor barroco Elias Gottlob Haussmann, regresará a Leipzig, último domicilio del músico, que moriría en esta ciudad en 1750. Haussman, que simultaneaba su actividad en la Corte de Dresde con la de retratista en Leipzig, realizó en 1748 este trabajo cuya recuperación se podría interpretar en clave de fábula mágica, al tratarse de la que se considera única imagen de Bach plasmada en directo.

Al hecho histórico hay que sumar la peripecia, porque también el periplo tiene connotaciones míticas. Durante la Segunda Guerra Mundial, el retrato, que, a través de un judío alemán refugiado, había llegado a Gran Bretaña en 1936, permaneció en el domicilio familiar del director de orquesta británico Sir John Eliot Gardiner.

J.E.Gardiner. Foto de archivo

Desde ese momento –cuando John Eliot tenía siete años-, el retrato presidió la parte superior de la escalera de su domicilio, el inmueble Dorset. Hasta que, finalizada la guerra, fue vendido al filántropo americano William H. Scheide, multimillonario por obra y gracia del boom del petróleo en Pensilvania. Nacido en Filadelfia en 1914, Scheide, que con 42 años decidió abandonar su trabajo para dedicarse a las dos cosas que vitalmente le interesaban –los libros y la música, con Bach a la cabeza- instaló el cuadro en un lugar de honor de su mansión, y allí permaneció permaneció 60 años. Hasta que, ya centenario, falleció el pasado noviembre.

W.H.Scheide

El final de la odisea está recogido en sus cláusulas testamentarias. En ellas, W.H. Scheide legaba la imagen al Archivo Bach en Leipzig. Y este viernes será recibido en la Nicolai Kirche con un concierto a cargo del coro de la Iglesia de Santo Tomás, en la que  reposan los restos de Johann Sebastian.

Juan Antonio Llorente