El Maestranza o cómo intentar salir de un lío
El Maestranza o cómo intentar salir de un lío
A veces se mete la pata por no pensar bien las cosas. Eso les ha sucedido a las administraciones que componen los máximos órganos del Teatro de la Maestranza y la Real Orquesta de Sevilla. Tras la decisión tomada por Remedios Navarro de no renovar, lo que tampoco deseaban esos órganos, se convocó un concurso para la gerencia de ambas instituciones y naturalmente sus bases. El nombre con el que se convoca una de estas plazas reviste mucha más importancia de la que puede suponerse, porque según cuál sea éste se requieren ciertos condicionamientos personales.
Así, para el nombre con el que se convocó el citado concurso, se requiere una titulación superior. Pues bien, resulta que el candidato más apto para el cargo de los que se presentaron al concurso no posee tal titulación. ¿Qué hacer? Ser o no ser, he aquí el dilema.
El asunto recuerda cuando, años ha, se decidió despedir a Elena Salgado del máximo cargo de la Fundación del Teatro Real. Para que no hubiese problemas de una reclamación posterior por su parte, que de todas formas la hubo pero perdió el juicio, se cambió el nombre a la plaza al elegir a Juan Cambreleng amortizando la anterior. Ya se sabe, quién hace la ley hace la trampa.
En Sevilla han buscado una solución salomónica parecida a fin de poder seguir contando con el aspirante más cualificado. Han decidido separar las gerencia de teatro y orquesta, con lo que el concurso convocado queda anulado. Ahora se trata de convocar uno nuevo para cada institución o bien dejar para la orquesta al segundo aspirante mejor considerado. Al primero, dicho sea de paso, lo que le interesa es el teatro y menos la orquesta. Hasta septiembre no habrá solución.
Al menos le han echado un poquito de imaginación a la hora de solucionar el enredo. Y, entretanto, ¿qué pasa en los del Festival de Canarias, el Auditorio de Alicante y el Palau de la Música valenciano? Beckmesser
Últimos comentarios