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Por Publicado el: 20/10/2014Categorías: Discos, DVD's y libros

El Mendelssohn de Perianes: disco muy importante

 

PERIANES-disco

Un muy importante disco, por muchas razones.

Confirmado por el propio Perianes, la confección del repertorio que conforma este disco (como del anterior, Chopin-Debusy-Falla)  es de un conocido crítico, concretamente de la persona que ha diseñado las programaciones de las últimas ediciones del ciclo Liceo de Cámara y que ahora está trabajando en el extranjero en proyectos parecidos (la emigración es un hecho se mire hacia donde se mire). No ha podido ser mejor principio para este proyecto de grabación, pues la elección de las músicas fue sencillamente extraordinaria.  Esa persona es igualmente el autor de las notas de la carpetilla del disco, más que unas notas un documentado estudio a mitad de camino entre la musicología y la sociología del piano del primer romanticismo.

      El piano de Mendelssohn es una especie de verso suelto en un panorama dominado por el romanticismo adelantado de Beethoven y el clasicismo post-mozartiano  de  Schubert. Lo que hace que, al escuchar el de aquel, uno sienta continuamente reminiscencias del de estos. Mendelssohn es Mendelssohn desde el principio (escúchese, por ejemplo su Sonata para piano op.105,  escrita con 12 años, o sea, seis  antes de la muerte de Beethoven), pero su imponente capacidad para estructurar los discursos y su absolutamente increíble vena melódica lo sitúan al lado de los dos grandes. Una importante parte del piano de Mendelssohn, además, funciona como premonición del exacerbado  universo del de Chopin y del febril teclado de  Schuman. Pero sin ser ni una cosa ni la otra. Volveré a esto después.

      No deja de ser inquietante que la música de este judío errante por las casas de discos no se considere todavía como alguien situado sin complejo alguno al lado de los mencionados dioses. Se pueden encontrar en el mercado infinidad de grabaciones con el ciclo completo de sonatas tanto de Beethoven como del austriaco, pero ¿cuántas veces, por ejemplo, se ha podido escuchar el de Mendelssohn?  Y por lo que se refiere al resto, ¿de cuántas integrales discográficas de las Canciones sin palabras  bien fundamentadas interpretativamente  podemos disponer? ¿Cuántas versiones como es debido de las imponentes Variaciones serias tenemos? Y hablo de música de repertorio que se puede calificar de relativamente frecuente. Pero, ¿quién conoce, por ejemplo, los Seis Preludios y fugas op.35?  Pues bien, de estas cosas trata este disco.

      Hay en él 15 Canciones sin palabras extraídas de todos los opus, o mejor dicho, 14 y la Op. 120/1, primero de una serie de cuatro coros a cappella para voz masculina, que supongo es una transcripción para piano. En cualquier caso, 14 de las 48 piezas es más que una buena muestra. Lo deseable hubiera sido que Perianes hubiera grabado los  ciclos completos (Opp.19, 30 38, 53 , 62, 67, 85 y 102, cuya única versión en disco escuchable es la que su maestro Daniel Barenboim registró entre junio y diciembre ¡de 1973!), pero nos conformamos con lo que ha hecho, máxime cuando la idea del  disco es ofrecer una panorámica. Igualmente, porque la  selección está hecha como un precioso recorrido que invita al receptor a participar activamente en toda una panoplia de sensaciones emocionales de enorme riqueza expresiva y contenida belleza. Otra virtud del programa es la manera en que se han situado en el disco las tres selecciones de Canciones sin palabras: a modo de pequeños entreactos entre otras cuatro obras, por unas razones u otras de importante envergadura: el Andante con variazioni op.82, el Rondó capriccioso op.14, el ya mencionado Preludio y Fuga op.35/1 y las inclasificables y maravillosas Variaciones serias op.54. Realmente un programa para ser interpretado por un especialista. O para un pianista de fuste y sensibilidad, con ideas claras y asentadas. ¿ Ha cumplido  Javier Perianes con todo esto?

     Sin la menor duda, y hasta el fondo, con todo eso y más.  Es impresionante, aparte del sonido, la técnica, el conocimiento,  la comprensión,  el compromiso que muestra con esta música, etc.,  su posicionamiento ante ella. Para explicarlo haré algo que cada vez me gusta hacer menos, pero que creo que, como herramienta, me va ser muy útil para decir lo que quiero decir: la comparación. Ya dejé entrever  antes que la única versión de la integral de las Romanzas sin palabras que escucho a gusto es la de Barenboim, en unos discos  que el argentino grabó a la edad de 31 años.  Perianes ha hecho este con 36. Es decir, se podría considerar que hablamos de dos pianistas que en el momento de realizar las respectivas grabaciones  están en similar momento de maduración. Pues bien, y a pesar de que Perianes es su discípulo, y de que, es de suponer que ha escuchado con atención la grabación de su maestro, nada tiene que ver lo que ha hecho con aquello. Fundamentalmente porque el onubense ha huido de la crispación romántica para detenerse como comensal experto en un auténtico banquete de placenteras sensaciones, degustándolo todo sin la menor seña de acritud o pena del alma. Barenboim parecía estar mirando allí de continuo a Beethoven, al rebelde Beethoven de la Hammerklavier y otras , y a menudo se le iba la mano, sin duda una mano genial y plena de creatividad, pero una mano que de alguna manera rompía un estilo que sin embargo Perianes conserva como  si de fina escritura sobre  un delicado pergamino se tratara. La sensación de calma, de felicidad, de exposición de lo bello no como un castigo sino como un disfrute sencillo y sin torceduras se adueña del que escucha este prodigio de versiones que son las que nos regala Perianes.  O dicho más en plata: versiones no ya acertadas sino de una madurez llegada con gozoso adelanto, pues solo así se puede hablar de la felicidad humana y no de sus insalvables problemas existenciales sin que dé la impresión de que se está incurriendo en la ñoñería.

       Andante con variazioni y Rondo capriccioso  son dos músicas de estupendo calibre estético. Piezas de una hermosura radical. Pero sin duda los otros dos acontecimientos de este disco son la versión de las Variaciones serias  y la del sorprendente primer preludio y fuga de la Op.35, esta última todo un banco de pruebas para el bachiano Mendelssohn.  El tema del preludio es inequívocamente mendelssohniano, pero, tres veces superior en tamaño, es en la imponente fuga donde el compositor nos ofrece una suerte de elucubración musical que nos deja pegado al asiento. El  discurso es de un poderío sonoro que quizá nuestra mente no sea capaz de asimilar como “estilo de Mendelssohn”. Música extraña a veces, para más de uno constituirá un importante descubrimiento. Y yo me abstendría por ahora de escuchar alguna de las versiones (no muchas, desde luego) que circulan por ahí, pues con esta de Perianes, absolutamente magistral, es más que suficiente. Y ya se me han agotado los adjetivos para calificar la versión de las Variaciones serias, otra creación de Perianes, que otra vez añade un plus de gran valor: no hay versiones en disco que valgan lo que la obra merece. En realidad, nunca entendí por qué los pianistas, incluso cuando los estudios de grabación estaban petados –como se dice ahora- , han hecho tan poco caso a esta pieza, un verdadero prodigio que, para satisfacción de todos,  Perianes interpreta prodigiosamente. Un disco importantísimo, en suma. Pedro González Mira

Nota importante. No va a estar en la tienda hasta principios de noviembre. No lo dude, pregunte y reserve su ejemplar.          

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