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Por Publicado el: 03/11/2017Categorías: En vivo

El poderío de Lise Davidsen impresiona en Wexford

MEDEA (L. CHERUBINI)

El poderío de Lise Davidsen impresiona en Wexford

Opera House de Wexford. 28 Octubre 2017.

Termina mi estancia en Wexford por este año con esta ópera de Luigi Cherubini, que es la que abrió el festival hace unas fechas. Se ha ofrecido en la versión italiana y el resultado ha quedado por debajo de lo que cabía esperar. Hemos asistido a una producción moderna, confusa y de escaso interés, una dirección musical por debajo de lo esperado y un reparto vocal irregular, aunque correcto en su conjunto.

Escena

La producción escénica se debe a la irlandesa Fiona Shaw, que trae la acción a tiempos actuales. En estas obras de la literatura griega, que tratan generalmente de mitos, no suele tener importancia la localización temporal, ya que los mitos son atemporales, pero en el caso de Medea la cosa no funciona igual que en otros personajes, ya que hoy resultan mucho más difícil de aceptar las reacciones de la protagonista y sus poderes ocultos.

La acción se desarrolla en el primer acto en un gimnasio, donde están Glauce y sus amigas celebrando su próximo matrimonio con Jasón. En los dos actos siguientes estamos en la casa de Medea, a la que se añade una especie de islote en la parte de atrás, por donde parece colocarse también su difunto hermano, a quien ella dio muerte. Curiosamente, los hijos de Medea y Jasón no son dos sino tres, si bien solo dos mueren. La citada escenografía es de Annmarie Woods, así como el vestuario, contando con una correcta iluminación por parte de de D.M.Wood, como siempre en Wexford.

La dirección de escena está bien trabajada por parte de Fiona Shaw, especialmente en el extraño primer acto en el gimnasio.

La dirección musical estuvo encomendada al titular del festival, el británico Stphen Barlow, que llevó la obra con mano segura, pero faltó más intensidad y dramatismo en su lectura, quedando como una lectura un tanto plana. La verdad es que esperaba más de él. Correcta la Orquesta del Festival ́. Bien también el Coro del Festival de Wexford.

Lise Davidsen

La protagonista indudable de la ópera es Medea, que no desaparece de la escena desde que aparece en la misma hacia la mitad del primer acto. Es una parte verdaderamente exigente, que requiere una soprano dramática de voz muy amplia. Aquí la protagonista ha sido la joven soprano noruega Lise Davidsen, cuya presencia había despertado expectación, ya que en su corta carrera artística ha llamado la atención de los aficionados. De hecho, debutará el mes próximo en la Staatsoper de Viena como Ariadne auf Naxos. Se trata de una soprano muy poderosa, con una voz impresionante de poderío y también de extensión, que además sabe cantar y expresar. Pocas veces uno tiene oportunidad de escuchar una voz de estas características, aunque su belleza tímbrica no sea excepcional. Los mayores inconvenientes que ofrece se derivan de lo difícil que va a ser ofrecerle compañeros de reparto en condiciones y también su alta figura, que rondará 1,90 de estatura. Fue una Medea convincente, aunque eché en falta mayores dosis de vulnerabilidad en su actuación.

Jasón fue interpretado por el tenor ruso Sergey Romanovskiy, que lo hizo bien, aunque la voz se me hace algo más ligera que lo deseable en el personaje. Evidentemente, en los dúos con Medea quedaba oscurecido por la potencia de su compañera de reparto.

Buena la impresión dejada por la mezzo-soprano italiana Raffaella Lupinacci en la parte de Neris, cantando con gusto y con voz adecuada.

La soprano zaragozana Ruth Iniesta fue Glauce, el nuevo amor de Jasón, y lo hizo bien, con voz atractiva y buena expresividad, quizá un poquito destemplada en las notas más altas.

Sergey Romanovskiy y Ruth Iniesta

Más bien modesto y un tanto basto el Rey Creón, interpretado por el bajo americano Adam Lau.

La Opera House de Wexford había prácticamente agotado sus localidades. El público tributó una cálida acogida a los artistas en los saludos finales, especialmente a Lise Davidsen.

La representación comenzó con 4 minutos de retraso y tuvo una duración total de 2 horas y 52 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 18 minutos. Cinco minutos de aplausos, como es habitual aquí.

El precio de la localidad más cara era de 150 euros, habiendo butacas de platea desde 120 euros. La entrada más barata costaba 35 euros. José M. Irurzun

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