El Real dilapida el dinero que no tiene
El día 31 más de 800 entradas sin vender y más de quinientas quedaban por vender para el ballet de Mark Morris el 5 a las 5 de la tarde. Los propios artistas creían que, tal y como estaban las cosas en el teatro por las informaciones que recibían, les cancelarían el proyecto. Pero no, a pesar de saber que no se iban a vender las entradas y que bailar con orquesta en el foso cuesta tal riñón que ni a Duato se le permitía en otros tiempos, cuando su primer fan era el secretario de Estado de Cultura. Todo porque Morris es viejo amigo de Mortier desde los tiempos de Bruselas. No sólo eso, sino que entre los conciertos de Mozart que se tocan se incluye una sonata para dos pianos. Uno lo toca Emanuel Ax, que no es un cualquiera y cuesta lo suyo, el otro Yoko Nozaki. ¿Y quién es ella? Ni más ni menos que la mujer de Ax. ¿Qué falta hacía incluir la pieza, que no viene a cuento, y pagar un caché extra? Las cosas de Mortier y de quienes se lo permiten. Siguiente capítulo, el de cierto artista de cine que participó en el Real en un espectáculo como narrador. Atentos porque la cosa tiene jugo. Y habrá más.
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