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Por Publicado el: 26/04/2011Categorías: Cartas

El Rey Roger en el Real: la vergüenza de la camarilla de la corte

Esta vez, de momento, sólo vamos a resaltar los párrafos finales de las críticas de Arturo Reverter en La Razón y Juan Angel Vela del Campo en El País. Ya verán que parecen haber asistido a dos finales diferentes de una misma representación. La razón es bien simple: la posición de El País respecto al Real, pasando de la crítica permanente en las etapas anteriores al halago contínuo en la de Mortier, personaje apoyado desde su consejo de administración y colocado como director artístico por sugerencia misma de su crítico musical en contra de alternativas, que existieron realmnete, como Giancarlo del Monaco o Alexander Pereira, éste ahora director del Festival de Salzburgo. Nuestro consejo: reinterpreten cualquier lectura en El País referente al Real en función de su implicación con el teatro.
En la sección de “Enlaces” tienen ambas críticas completas, lean aquí sus párrafos finales:

“Este bagaje, esta carga cultural, no se aprecia en la propuesta de Warlikowski, que ha realizado una puesta en escena de decorado único, abrillantado y funcional, presidido por una gran piscina sin agua, en donde los personajes cantan una cosa y actúan como si dijeran otra. Obsesionado con el cinematógrafo –lo que ya apreciamos en su inteligente producción de «El caso Makropoulos» de Janácek en el Real–, el regista emplea a veces cámara directa y hace continuos guiños a Hollywood y en particular a Warhol: mujeres del coro vestidas al estilo Marilyn, niños y el propio Pastor embutidos en cabezas del Ratón Mickey…

El final resulta ridículo con los ratones practicando una postura típica de yoga relacionada con el astro solar. En consecuencia, puesta en escena epidérmica, con efectos gratuitos que no tienen nada que ver con el meollo con la contraposición Apolo-Dionisos. No es extraño que el público abucheara en una gran mayoría y que saliera perdido del teatro. Pero esto es lo que Warlikowski quería, a la postre”. Arturo Reverter, La Razón

“El rey Roger es un espectáculo complejo, pero magníficamente resuelto. El público siguió la velada con respeto y concentración. Comparando las premières de París y Madrid el éxito fue mayor en el Real que en la Bastilla. Unas protestas aisladas a los responsables escénicos no empañan lo más mínimo el clima de comprensión y hasta de éxito. La revelación de verdades ocultas tiene un magnetismo especial”, Juan Ángel Vela del Campo, El País

¿En qué quedamos? ¿Se abucheó al púbico o no? ¿El público salió concentrado o perdido? Sepan que en País el abucheo fue generalizado y las críticas demoledoras.

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