El verano musical español
El verano musical español
Para quienes no hayan estado muy al corriente de todo cuanto ha sucedido en el mundo musical español, que ha sido mucho, he aquí un resumen en telegrama.
Empezó con el susto de Plácido Domingo y terminó con el de Mortier. El primero -tenor, barítono, director de orquesta, director artístico, promotor de concursos de canto, esposo de directora de escena y padre de agente artístico, etc- demostró que ni conflictos de intereses ni problemas de salud pueden con él y hasta fue nombrado hijo predilecto de Madrid. El segundo quiere ser como Aznar o Griñán y nombrar a dedo a su sucesor. Un tesorero puso al PP en apuros, la hija del tesorero de los amigos de la Ópera de Oviedo hizo hucha en El Escorial, Perelada y San Sebastián.
El Teatro Real demandó individualmente a sus trabajadores y vimos publicadas en el BOE, con enorme retraso, las deficitarias cuentas de 2010 y 2011. Cerró Diverdi con el disgusto de todos y los ERES no han tenido descanso: Sevilla, Valencia, Barcelona…, mientras el West-Eastern Divan hacía su julio en Andalucía. Granada y la Quincena batieron records a pesar de la crisis e Ibermúsica se convirtió en fundación para intentar capearla. Molins, nuevo presidente de la fundación del Liceo anunció a Marco, el director general que apechugó con los ERES, que no renovarían su contrato un mes antes de su vencimiento y convocó concurso para nombrar a alguien con menos capacidad de hacer sombra.
Las músicas de las noches pudieron con el recién nombrado presidente de la SGAE. Mal lo tuvo el nuevo director del Festival de Santander, que además de recordar a Argenta hubo de cancelar la clausura y demandar a su antecesor y a un agente. A punto de amenazas legales -todo menos flores entre ambos- estuvieron Paloma O’Shea y el anterior concejal de cultura del Ayuntamiento de Madrid.
Berganza lloró su ausencia en la retransmisión que hizo TVE de su homenaje. Bien estaba eliminar los pitos a la Reina, pero ¿el discurso de la homenajeada? Meier Wellber simuló indignación por no dirigir una sola ópera en su teatro, el Palau de les Arts, olvidando que él mismo prefirió cuatro conciertos para evitarse tanto ensayo. Pilar Jurado, afortunada en todos los saraos de encargos, amenazó con tomar la batuta cuando no pueda cantar.
Los ingleses arrojaron nuevos bloques al mar mientras La Bohemia interpretaba, cómo no, a Verdi y Wagner en Algeciras. Esta vez con emisores musicales a modo de flautista Hamelin para ahuyentar cualquier demanda por delito medioambiental. ¿Lo sería pedir a la Commonwealth que no vote a Madrid? Esto, las maniobras de Thomas Bach para alzarse mañana con la presidencia del COI y la candidatura de París y Roma para 2024 pueden cerrar el verano con un disgusto. Esperemos que no.
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