El viernes, ceremonia de difuntos en Pastrana

El conjunto vocal e instrumental The labyrinth of voices, que dirige Miguel Ángel García Cañamero, director del Coro Nacional de España, participa por segunda ocasión en el Festival Ducal de Pastrana (Guadalajara), celebración cultural declarada Fiesta de Interés Turístico que alcanza este año su XVI edición y que durante varios días del mes de julio propone a los visitantes una tradicional recreación histórica del Siglo de Oro Español, época que supone el mayor esplendor de la noble Villa alcarreña.

El concierto es el reestreno moderno de esta Solemne ceremonia de difuntos para la Casa de Éboli y tendrá lugar en la Colegiata de Pastrana, el viernes 14 de julio a las 20 horas.

The labyrinth of voices interpretará lo que supone una recuperación del valioso legado musical de Petrus Fernández Buch (Santo Domingo de la Calzada, 15¿? – Sigüenza, 1648), olvidado compositor castellano de ascendencia flamenca que durante 40 años fue maestro de capilla en la Catedral de Sigüenza.

El Archivo de la Antigua Colegiata de Pastrana atesora un bellísimo cantoral manuscrito que contiene la mayor parte de la producción musical que ha pervivido de este desconocido maestro de capilla. Este magnífico códice, dividido en tres partes, contiene cinco misas –una de ellas incompleta–, una completa recopilación de ocho Magnificats, y una extensa colección de motetes (entre los que figura una sección especial, con numerosas lecciones y responsorios para difuntos).

Fray Pedro González de Mendoza, hijo de los Príncipes de Éboli, el gran Obispo y Señor de Sigüenza, fallecía en la ciudad seguntina el 23 de junio de 1639. Días más tarde, su cuerpo sin vida llegaba a la Villa ducal de Pastrana, para recibir cristiana sepultura en su Colegiata.

El séquito de la corte de Pastrana salió al encuentro de aquel cortejo fúnebre que venía desde Sigüenza y que portaba su cadáver. Las campanas doblaban llorando su perdida. Frente al Palacio se había erigido un altar. Allí se formó la comitiva que llevó su cuerpo en solemne procesión hasta la puerta de la Colegiata, donde los canónigos aguardaban.

El interior de la Colegiata se vistió de negro luto en la cabecera de su altar con grandes telas negras… Por todas partes colgaban emblemas de la casa de Éboli y ,en medio de la nave, bajo la cúpula, el imponente túmulo funerario. Todo iluminado por el resplandor de miles de velas…

The labyrinth of voices ha reconstruido un imaginario Officium Defunctorum que recrea cómo pudo ser musicalmente aquella impresionante ceremonia.