Emilio Sagi, en la cuerda floja al frente del Teatro Real

El director artístico, animado por la dirección a aceptar ofertas para abandonar el coliseo, podría ser cesado en el próximo patronato. QUICO ALSEDO / LUIS ALEMANY
EL MUNDO MADRID 3 FEBRERO 2005.- La continuidad de Emilio Sagi en el Teatro Real pende de un hilo, según informaron a EL MUNDO fuentes acreditadas.La próxima comisión ejecutiva del Patronato de la casa podría ser la última para el director artístico, aseveran las mismas voces…./….
No se descarta que sea convocada de urgencia para tratar la permanencia del regista ovetense, en clara falta de sintonía con el nuevo gerente, Miguel Muñiz.
En la tarde de ayer, circularon insistentes rumores sobre un presunto ultimátum lanzado por Cultura a Sagi para forzar su salida, pero ambas partes lo negaron tajantemente a consultas de este diario. No obstante, una de las figuras de mayor peso en el teatro asegura que, en breve, habrá una comisión «movidita» para Sagi.
Todas las miradas se posan ahora en el director artístico, a quien la nueva dirección ha dejado claro por activa y por pasiva que puede aceptar las muchas ofertas que tiene sobre la mesa para trabajar en otras casas de ópera. Emilio Sagi es uno de los directores escénicos de mayor prestigio en la lírica española actual.
Su salida, cantada desde hace meses en la mayoría de los cenáculos, significaría el último episodio de la toma del Teatro Real por el nuevo equipo de Cultura. La propia ministra, Carmen Calvo, provocó la marcha de Inés Argüelles, anterior gerente, asegurando a la prensa en junio que barruntaba cambios en la dirección «a finales de año». Argüelles, bajo la espada de Damocles, prefirió tomar la puerta en septiembre.
Su sucesor, Muñiz, llegó al coliseo días después asegurando que impulsaría el «modelo de ópera» del Gobierno. El Real ha reorientado desde entonces sus intereses, con la firma de convenios con el Liceo de Barcelona, el Círculo de Bellas Artes de Madrid y, la pasada semana, con el grupo Prisa. Sagi aparece en todo este cuadro como el último vestigio de la era PP, toda vez que la propia ministra aclaró a la prensa en junio, en la antes mencionada comparecencia, que Jesús López Cobos no peligraba en el puesto de director musical.
El Teatro Real ha sido víctima, desde su reapertura en 1997, de vaivenes políticos de todo signo. Cada cambio de tercio electoral ha significado, tradicionalmente, una nueva tabla rasa en la casa de ópera. Precisamente, la actual ministra de Cultura hizo suya la divisa de la «no politización» en cuanto desembarcó en su nueva responsabilidad, hace ahora nueve meses. La salida de Sagi operaría en dirección contraria, como también la llegada de Muñiz, un hombre muy cercano al Gobierno. El propio PSOE elogió a Argüelles el mismo día de su salida, pero Muñiz esgrimió un palmario argumento en su presentación: «Este es un cargo político»…./…El reciente acuerdo con Prisa, tal vez signo de los nuevos tiempos, parece augurar que su sustituto provendría de dicho grupo empresarial.