EN SU MADUREZ

Es un pianista amado en Madrid, y razones no faltan para ello. Grigori Sokolov regresa a la ciudad del Manzanares otra vez de la mano de la Fundación Scherzo y su Ciclo de Grandes Intérpretes para hacer un hermoso e inteligente programa. Pienso que es este un pianista que pasó por un primer período problemático, pues su tardío desembarco en Occidente se produjo en unas condiciones que no favorecieron al intérprete que llevaba dentro. Así, durante la década de los 80 Sokolov, y sobre todo la compañía de discos con la que comenzó a colaborar, vendieron una imagen poco interesante; una imagen muy concentrada en su deslumbrante técnica, de alguna manera a modo de trueno venido del Este. Afortunadamente, esa imagen se ha ido luego templando y el artista ha ido ganando terreno al aporreador. Hoy Sokolov sigue siendo un intérprete que no hace ascos al dominio técnico como modo de operar pero que se encuentra acomodo en otros factores de la interpretación musical que al principio parecía escapárseles. Su Bach ahora recuerda más al de Sviatoslav Richter y su Beethoven al de su admirado Emil Gilels, por poner algún ejemplo. Más que una transformación, lo que se ha producido en Sokolov es un progreso lógico en alguien que estando en posesión de un enorme talento se dejó deslumbrar por determinadas engañosas candilejas.

      El programa que presenta es sencillamente maravilloso. Comenzará con la Partita núm.1 de Bach, música fundamental que siempre es piedra de toque para valorar los elementos lógicos de la mente de un pianista. Después hará la Sonata núm.7 de Beethoven, otro test, pues se trata de una música de transición plagada de guiños al pasado y al futuro bajo el prisma de un pianismo ya nuevo y diferente. ¡Hay que ver cómo se estrellan contra este muro la mayor parte de los pianistas! Y el concierto se cerrará con música de otro autor nada fácil: la Sonata D.784 y la serie de Momentos musicales D.780 de Franz Schubert, o lo que es lo mismo, la música que seguramente le habría gustado escribir a Mozart si hubiera seguido vivo en 1822.

      Un concierto muy recomendable, para el que creo hay entradas todavía en taquilla. No se lo pierdan.

Grigori Sokolov, piano . Obras de Bach, Beethoven y Schubert. Lunes 9, 19.30. Entre 25 y 57 €.