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BEETHOVEN ETERNO
BELLEZAS INÉDITAS
Por Publicado el: 19/06/2015Categorías: Recomendación

ENCANTADOR AGOTAMIENTO


Juanjo Mena_Copy_ BBC Philharmonic Sussie Ahlburg

 

 

ENCANTADOR AGOTAMIENTO

Todo empezó en 2111. En el CNDM se decidió celebrar de alguna manera el Día de la Música, una conmemoración instituida por la mismísima Comunidad Europea. Y con el título ´¡Solo Música! comenzó su andadura el 18 de junio de aquel año con 13 horas ininterrumpidas de música con  40 conciertos en las dos salas, el Salón de Tapices y la plaza de la entrada principal del Auditorio Nacional. Sonaron desde William Byrd hasta Jesús Torres, pasando por seis decenas de compositores más, cuya música llegó a los oídos de más de 30.000 aficionados. En 2012 no hubo celebración (la parada tiene carácter bianual), y en junio de 2013 llegó la gran fiesta beethoveniana, con un agotador maratón dedicado a Beethoven que incluyó las nueve sinfonías, las 32 sonatas para piano y un buen pellizco de su música de cámara. El éxito fue clamoroso. En 2014, nuevo descanso, y ahora para 2015 se ha preparado otra gran muestra, esta vez dedicada a otro compositor muy popular, Piotr Ilich Tchaikovsky. Tendrá lugar en los mismos escenarios este sábado día 20.

       La idea es sencilla. Se toma unas músicas muy conocidas y se interpretan durante un día entero, desde las 11 de la mañana hasta las 12 de la noche; y unas músicas que además tengan la capacidad de ser consumidas de manera seria pero festiva. Esta aparente contradicción está en la propia naturaleza de la música clásica, una disciplina que históricamente siempre estuvo presente en los grandes fastos, pero que la modernidad de nuestras sociedades alejó del gran público. El asunto es complejo, pues no toda la música clásica fue ideada para ser degustada por ´la masa´, pero es raro el compositor que no lo intentara, desde Haendel a Messiaen, pasando por Beethoven o  Richard Strauss. En este momento compositores, intérpretes y programadores realizan todo un replanteamiento del asunto, y uno de los intentos para  que no se deje de escuchar la gran música es hacer uso de los medios que se tienen para tratar de congregar a más gente ante ese acto irrepetible (porque se esfuma en el mismo momento de su realización)  y único que es un concierto. Es obvio que la competencia que ejercen los nuevos medios de comunicación (basados en una inmediatez extrema en el lanzamiento de los mensajes culturales) es un escollo muy importante para la conservación y consumo del patrimonio musical histórico. Por eso iniciativas como esta deben ser aplaudidas sin reservas, aunque resulten agotadoras para el espíritu.

       Esta vez, digo, es Tchaikovsky. Y como sucedió en la anterior ocasión (entonces con López Cobos), se ha escogido a un maestro único ( Juanjo Mena, actual director titular de la BBC Philharmonic Orchestra) para el plato fuerte, no otro que las seis sinfonías, que sonarán en los atriles de la Joven Orquesta Nacional de España (Primera y Cuarta. 12.00); la Orquesta Nacional de España (Segunda y Quinta. 19.00) y la Orquesta Sinfónica de la Radiotelevisión Española ( Tercera y Sexta. 22.00). Pero el programa de ´festejos´ es mucho más amplio. A las 11, la JONDE los anunciará con una fanfarria de metales en la calle, y, antes de entrar al primer concierto sinfónico habrá un jazz café, que se transformará en jazz vermut a la salida del mismo. La propia terminología es toda una declaración de principios a la hora de definir el reclamo. A las tres menos cuarto, cuatro menos cuarto, cinco menos cuarto y seis menos cuarto hará aparición en el Salón de Tapices la música de cámara, con obras emblemáticas del autor de El lago de los cisnes: las deliciosas Souvenir de Florence, Variaciones Rococó o los algo más que deliciosos tríos con piano, más el Quinteto con piano en Si bemol mayor de Rimski-Korsakov, un invitado especial que guiña el ojo a los más ´entendidos´, pues se trata de una magnífica música que pocos conocen. Los intérpretes, jóvenes músicos que perfeccionan sus estudios en la Escuela Reina Sofía. Y en fin, tras el concierto de las 22.00, la traca (ojo, que nadie se confunda: traca es una cosa nada peyorativa; y si no que se lo digan a un valenciano; seguro que hará un panegírico filosófico al respecto): la Banda Municipal de Madrid, dirigida por Rafael Sanz, hará, cómo no, la Obertura Solemne 1812. Y para acabar del todo, algo tradicional ya en estas celebraciones: fuegos de artificio, amenizados por  Mr. Haendel. Y es sábado, y estamos en Madrid. Que cada uno organice el resto de la noche tras un día de regocijo colectivo. De eso, entre otras cosas, se trata. Pedro González Mira

 

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