Entre los clásicos y la modernidad

Como todo buen aficionado sabe, Jörg Widmann es un fenómeno de la música actual. En sentido amplio y en sentido estricto, porque, además de ser un clarinetista excepcional, a esta condición une la de compositor, y habría que apresurarse a decir, extraordinario compositor. En el CNDM lo han visto así, y con inusitada rapidez, pues casi a la par que el Centro le ofrecía la residencia para esta temporada, podíamos comprobar cómo un señor tan poco sospechosos de no saber de estas cosas de jóvenes músicos llamado Daniel Barenboim lo había admitido sin reservas en su más íntimo círculo de colaboradores con su orquesta, la Staatskapelle Berlín; y contado con él programando su música y como solista. Años antes, Boulez ya le había estrenado (con la Filarmónica de Viena) su Armonica.  Nacido en Munich en 1973 estudió en su ciudad natal y en la Juilliard neoyorquina. Es discípulo de Henze y Rihm, entre otros, y como clarinetista ha hecho música de cámara con la gran Tabea Zimmermann, con Holliger,  Schiff,  Leonskaja,  Barenboim etc. Compositor y Artista en Residencia en Salzburgo y Lucerna, lo es este año en Madrid, donde ya hizo su primer concierto en el Auditorio 400 el pasado 17 de abril, en el que estrenó su obra Drei Schattentänze (primera audición: Pekín, 2013).

Ahora regresa, esta vez al Auditorio Nacional, para dar dos conciertos junto al Cuarteto Hagen, en dos sesiones que son esperadas como auténticos acontecimientos. Para los clásicos se trata de una oportunidad única, pues en dos días consecutivos tendrán la oportunidad de poder escuchar los que quizá sean los dos quintetos con clarinete más importantes del género, es decir, los de Mozart y Brahms, y ello al lado de una de las agrupaciones cuartetísticas más importantes de nuestro tiempo. Pero hay mucho más. En el primero de los conciertos, Widmann estrenará su propio quinteto con cuerdas, precisamente un encargo del Centro. Y en el segundo, la primera parte estará plenamente integrada por obras suyas, con o sin clarinete. Así, un estudio para violín, dúos para violín y violonchelo o su Cuarteto núm.2. También, antes de Mozart, su Fantasía para clarinete solo, es decir, la pieza que interpretó en la Pierre-Boulez Saal de Berlín, en su inauguración, e invitado por el director de aquel concierto, el ya mencionado Barenboim, y en el que dejó a todo el mundo con la boca abierta.

En resumen., dos recitales que lo tienen todo y que nadie debe de perderse. Que yo sepa, hay entradas. Pedro González Mira

Jörg Widmann, clarinete; Cuarteto Hagen. Obras de Widmann y Brahms (lunes 24) y Widmann y Mozart (martes 25). Auditorio Nacional de Música, Sala de cámara. Entre 10 y 20 €.