Equipos
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Todo responsable de una organización se enfrenta constantemente a la creación, el desarrollo y el mantenimiento de un equipo. Todos sabemos que no es tarea fácil y unas líneas tan breves como éstas no permiten desarrollar un tratado al respecto. Sin embargo sí me interesa señalar algunos aspectos, perfectamente aplicables pero frecuentemente no aplicados a las organizaciones musicales.
De entrada hay dos tendencias: quienes eligen a gente peor que ellos para que nadie les haga sombra y la de quienes procuran rodearse de la mejor gente. Es algo perfectamente constatable y, si miramos en nuestro entorno, claramente distinguiremos quienes siguen un criterio u otro. Quiero simplemente recomendar la segunda opción, porque sólo con gente mejor en tu equipo podrás sentirte motivado a mejorar tu personalmente y porque ese mejor equipo te acaba empujando a ti para arriba.
Hay en nuestro mundo musical, muy dominado por administraciones públicas, la querencia a despreciar a los profesionales de los temas como responsables de los mismos. Y algunos políticos lo justifican con una frase un tanto demagógica: “es que deseamos apoyarnos en la sociedad civil”. Me lo comentaba hace poco Enrique Franco, una de esas personas de cultura con las que hasta en sólo dos minutos de conversación se puede siempre aprender algo. Y entonces se coloca en puestos de gran responsabilidad cultural a gente absolutamente inexperta que no sabe lo que se trae entre manos. En su orgullo, rayano a la soberbia, suelen desmontar equipos que funcionan, rodearse de personas con aún menor idea que ellos mismos y, en definitiva, validar para sus antecesores el refrán “otros te harán mejor”. Y, sin experiencia y con muchas ínfulas, se confían y empiezan a desmadrarse con decisiones peregrinas. Atentos a los nuevos nombramientos musicales en ayuntamientos, comunidades y el Estado.
Y hay también lo contrario, quien llega con experiencia y con sus equipos propios para derruir de un plumazo todo lo anterior. Unos tras otros siempre tropiezan en las mismas piedras. Del relevo en el INAEM hoy sólo diré que siento una tremenda pena, pero seguro que va a haber mucho de que hablar en breve. Ya lo verán. Gonzalo ALONSO
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