Era cantado: Wofgang Wagner no ha tenido más remedio que tirar la toalla al encontrarse sin el apoyo de Gundrun, la esposa fallecida en noviembre y auténtica cabeza del festival en los últimos años. Ésta había apostado con todas sus fuerzas por dejar como heredera a la hija de ambos Katharina, segando la hierba bajo los pies de Eva, hija del anterior matrimonio de Wolfgang y de Nike, la sobrina, hija del gran Wieland. Sin embargo Katharina fracasó en el envite de poner en escena “Maestros cantores”, siendo muy cuestionada desde el verano pasado. No quedaba más remedio que pactar y Wolfgang planteó el consorcio rector Eva-Katharina con Thielemann como director musical y algún asesor-templador de gaitas como Peter Ruzicka. La decisión le corresponde a la Fundación Bayreuth. Si se apuesta por esa operación, no tendrá mucha vida. Las dos hermanastras nunca se han soportado y ninguna reúne peso suficiente y menos frente a Thielemann. Lo acertado sería conservar el apellido Wagner en la Fundación, pero nombrar un intendente con plenos poderes, capaz de iniciar la nueva etapa que Bayreuth precisa desde hace ya años. Gonzalo Alonso