La soprano albanesa Ermonela Jaho es considerada una de las más destacadas de la actualidad. A lo largo de su carrera, han sido numerosas las críticas que elogiaban su buen hacer, así como lo premios que lo acreditan. Entre los reconocimientos recibidos por Jaho, destacan el reciente premio Ópera XXI, recibido en este 2024. Los compañeros de la revista digital BR Klassik tuvieron la oportunidad de tener un tiempo para poder hablar del mundo de la lírica y de uno de sus compositores predilectos: Puccini.

Ermonela Jaho

Para Jaho, Puccini es un amor temprano, entrando en contacto con su música durante su etapa de instituto, siendo esta primera obra escuchada La bohème. La primera ópera del compositor de Lucca, Le villi, habla de mujeres traicionadas que se vengan de sus maridos tras la muerte de estas, lo que imprime un gran carácter femenino en la música. La soprano indica que esta composición, pese a ser la primera, ya es muy dramática, pudiendo ver lejanamente parte del estilo que luego desarrollará. Señala que es muy notable la influencia de la música francesa y, por supuesto, de Wagner.

Ermonela Jaho señala que Puccini hace que sus personajes femeninos expresen sus sentimientos de una forma muy intensa, a través de la música, el texto, y sus motivos recurrentes. Manteniendo el ejemplo de Le villi, Jaho señala que la protagonista avanza de la dulzura del inicio de la ópera hasta la venganza final, dejando paso a la la rabia. Sin embargo, para la soprano, todas las mujeres en Puccini buscan defender el amor y la verdad, luchando cada una como pueda, sin dejar entrever debilidad alguna.

Puccini, según Jaho, era un maestro en el cambo del contraste sonoro, algo que se muestra en sus partituras. Destaca cómo el compositor creaba sus personajes a través de la dinámica, recurriendo al pianissimo para la vulnerabilidad y el forte como el impulso y la decisión. Indica, a su vez, cómo el uso de la orquesta está supeditado al dramatismo y la energía, algo que se muestra en cómo, en muchos de sus títulos, no suena un tutti instrumental hasta estos pasajes. Llega a ocurrir, según ella, que la orquesta puede llegar a tapar al solista, produciéndose auténticos clímax que, si bien suelen ser breves, son de gran fuerza.

Jaho alude al aria final de Madama Butterfly, en el que la protagonista se suicida. Para ella, este hecho es desgarrador para cualquier padre del mundo que busca lo mejor para su hijo. Indica que, a menudo, estamos más atentos a lo superficial y lo distante, pese a seguir buscando en el interior el amor incondicional. Por ello, según ella, Puccini compuso esta música tan maravillosa y delicada. Jaho comenta que, cada vez que la interpreta, acaba al borde de las lágrimas, teniendo que luchar por mantener la compostura.

Escena de Suor Angelica con Ermonela Jaho y Daniela Barcellona

Preguntada por el prejuicio que indica que las melodías puccinianas son empalagosas, Jaho señala que es algo completamente incierto. Estas hablan del amor y de cuestiones humanas que, por lo general, afecta a todo el mundo en algún momento de la vida, si bien en la actualidad nos es complejo abordar nuestra propia vulnerabilidad. La soprano pone en un mismo nivel a las protagonistas de Suor Angelica y Madama Butterfly, siendo dos personajes que abordan las luchas interiores de una madre, lo que le permite recordad a aquellas mujeres soletar a las que les quitan a sus hijos.

En cuanto a la intensidad de los papeles y la posibilidad de perderse en ellos, Jaho indica que es necesario abordarlos desde el sentimiento personal para poder conectar con el público. Señala que, quienes van a la ópera, van a vivir un drama real, teniendo el artista el deber de darles tal experiencia.

En cuanto a Suor Angelica, la soprano señala que el dramatismo de la ópera se debe a lo terrible de la historia, sobre una madre cuyo hijo le fue arrebatado y que, siete años después, se entera de que ha muerto. Destaca que este tipo de títulos son un reto para los cantantes, porque es preciso abordarlos desde la implicación más absoluta, algo que, como indica, puede llegar a ser peligroso.

Sobre el suicidio de muchas de las protagonistas de las óperas puccinianas, Jaho indica que todas mueren por un gran amor que les resulta arrebatador y complejo. Cada una de ellas se sacrifica por una causa concreta, pero siempre desde el mencionado sentimiento. Para Jaho, Puccini es un compositor que consigue mostrar el sentimiento humano y todo aquello que conforma la existencia Como artista, considera que es un privilegio poder cantar la música de este autor.

Comenta cómo Puccini murió tras componer la muerte de Liù, en Turandot, algo que, especulando, lo envuelve en el amor inconmensurable del personaje. Si bien en la actualidad la ópera se completa con el final de Alfano, la realidad es que el autor muere a la par del personaje, algo que ocurre mostrando amor y una enorme fuerza.

Preguntada sobre su futuro, Jaho señala que busca cuidar su voz de cara al futuro, si bien señala que es muy posible que esta se vuelva algo más dramática. Sin embargo, ahora disfruta mucho más el teatro que antes. Por otro lado, señala que posiblemente sonará como una soprano mucho más lírica y madura. Quizá, señala, en un momento deje las coloraturas, pero mientras su voz pueda abordarlo, lo mantendrá. Indica que siempre buscará expresar emociones muy profundas, buscando para ello los papeles más adecuados. Sin embargo, cuando no sea capaz de hacerlo de forma plena, buscará el retiro, ya que una voz sin emoción se asemeja más a la inteligencia artificial que a un humano.

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