Critica: Estreno del Premio de Composición Musical Reina Sofía
Recordando a Brenda Lee
Estreno del Premio de Composición Musical Reina Sofía
Obras de Núñez Hierro y Janacek. Gun-Brit Barkmin, Marie-Luise Dreßen, Ludivit Ludha y Wojtek Gierlach. Silvia Márquez, órganista. Orquesta y Coro de la RTVE. Pablo González, director. Teatro Monumental. Madrid, 13 de octubre de 2022.
Ya son 39 las ediciones del Premio de Composición Musical Reina Sofía que promueve la Fundación Ferrer-Salat. En esta última se alzó con el ansiado galardón la compositora de Jerez de la Frontera Nuria Núñez Hierro con su obra “Enjambres”. En esta ocasión el jurado estuvo integrado por Baldur Brönnimann, Carlos Fontcuberta, Octavi Rumbau, Jesús Rueda y presidido por Marcela Rodríguez. Como siempre, la obra fue estrenada con la Orquesta de la RTVE en presencia de la Reina Sofía, quien entregó el trofeo en el descanso del concierto en el propio escenario. El premio está dotado con la importante suma de cien mil euros.
De forma absolutamente inesperada, mientras escuchaba los dieciocho minutos de la partitura, me vino a la cabeza el título de una canción de Brenda Lee, una cantante americana muy popular allá por los años sesenta. Se llamaba “Where’s the Melody”. Sin duda estas cosas no suceden porque sí.
Melodía, armonía y ritmo son bases de toda música que quiera llegar a los corazones. Los americanos lo han entendido muy bien y sus composiciones contemporáneas son mayoritariamente asequibles para el público. Basta recordar el reciente concierto de Mason Bates que tocó Trifonov con la OCNE. Pero, ¡Ay Europa, anda tan perdida en tantas cosas!… Supongo que los premios de los concursos están muy condicionados por las inclinaciones, gustos y tendencias de los jurados. Mi duda -que no es tanta- es quién seleccionará en Youtube muchas de las composiciones contemporáneas.
El pasado mes de marzo pudimos escuchar en la OCNE, también con Pablo González en el podio, la obra de Nuñez Hierro “Caminos inconclusos” que, en muchos sentidos, discurre paralela a “Enjambres”, aunque con menor instrumentación. Ambas con ecos de Sánchez Verdú. Divisi, acordes a plomo y desvanecimiento final del enjambre. La misma compositora describe su partitura “Es un primer acercamiento a la poética del enjambre como superorganismo integrado por entes individuales que cooperan entre ellos en búsqueda de la supervivencia colectiva y está inspirada por el estudio de estos sistemas a través de textos de Maeterlink y Donna Haraway”.
Hay algo que sinceramente espero y deseo se produzca pronto, lo mismo que al Concurso Internacional de Piano de Santander, y es que surja una obra/un pianista de esas que perduran y se difunden por todas latitudes.
La tarde se completó con una sonora lectura de Pablo González de esa inmensa y casi centenaria “Misa glagolítica”, en la que se lució Silvia Márquez al órgano y tenor y soprano solventaron, no sin sufrir, la inclemente tesitura de sus partes, muy descompensada respecto a las de mezzo y bajo. A buen nivel coro y orquesta en un programa exigente. Por vez primera en quasi directo por la segunda cadena de TVE el viernes. Gonzalo Alonso
Coincido plenamente con la opinión. El premio Reina Sofía es el premio más bien pagado de España, y uno de los más bien pagados de Europa (100.000 €). Esto debería ser un evento espectacular, quien gana es (en teoría) lo mejor que puede ofrecer el país en la materia.
Qué tenemos? En Youtube, ni 600 visitas y sólo 14 likes (me gustaría ver los dislikes). He estado investigando un poco y no parece que muchas de las obras se hayan reinterpretado o publicado en partitura. Jamás. Lo que se escribe va directo a la basura en menos de un año. Mi sobrinito amateur hace “musiquitas clasiconas” con Musescore, las cuelga en Youtube, y tiene más visitas y likes que el video de Enjambres (o los premiados anteriores). ¿Cómo puede ser ésto?
Como comentas, en el mudo anglosajón tienes a algunos compositores que ya llevan 40 años habiendo superado los dogmas del modernismo extremo, pero aquí seguimos siendo unos reaccionarios, con unas élites que se creen modernas a pesar de estar ancladas en los años 60. No me extraña que el panorama clásico esté tan muerto en el país.
No digo que se apueste ahora por obras chabacanas medio-“pop”, pero al menos debería haber algo de diversidad estilística entre los premiados, y al menos galardonar de vez en cuando a alguien que no tenga fobia a la melodía. Incluso la Consagración de la Primavera está repleta de temas y motivos muy melódicos (sacados del folclore eslavo).