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Por Publicado el: 22/12/2015Categorías: Crítica

Ewa Podles, oscuros colores

OSCUROS COLORES

Lieder de Chopin, Haynd, Parera y Brahms. Ewa Podles, contralto. Ania Marchwinska, piano. XXII Ciclo del lied del CNDM. Teatro de la Zarzuela, Madrid. 21-12-2015.

Podles

            Es realmente singular la voz de esta contralto varsoviana: recia, espesa, gruesa, contundente, vigorosa. Considerando que ha cumplido ya los 64 años, su estado vocal es excelente, lo que nos ha permitido asistir a un recital enjundioso en el que se estrenaron las sugerentes seis canciones del ciclo “Towards Emily Dickinson” de Parera Fons, cuya versión con orquesta se había presentado el 1 de octubre de 2013 con la misma cantante y la Orquesta de la Comunidad de Madrid a las órdenes de Víctor Pablo Pérez. El lenguaje alusivo, las evocaciones neoimpresionistas, las delicadas y evanescentes armonías, los bien matizados colores quedan recogidos también en esta versión pianística.     Podles tiene bien ahormada esta música, que dice, recita y canta casi con unción, introvertidamente, aplicando su penumbroso timbre al tono onírico y surrealista de los poemas. Las cinco piezas elegidas de Chopin, encantadoras, melódicas, románticas, movidas frecuentemente al aire de la mazurka, fueron expuestas con intención y adecuada reproducción de adornos, con pasajeras tiranteces en la zona aguda y eventuales cambios de color y de posición entre las notas más graves y el centro de la tesitura.

            Un efecto –y defecto- que pudo apreciarse también en otros momentos del recital, así en la cantata “Arianna a Nasso” de Haydn, donde la dureza de la voz y la aridez de los ataques impidieron a veces el “legato” ideal y donde una cierta pesantez cerró la puerta a una reproducción más nítida del “Presto” del aria final. La falta de una mayor ligereza impidió la total bondad de la interpretación en las “Canciones gitanas” de Brahms, en donde, sí, brillaron las notas bajas, pero también se evidenciaron algunos cambios intempestivos de timbre. Agudos algo desabridos. No se emitió el la bemol que cierra la última, “Rote Abendwolken ziehn am Firmament”. Una bella propina, la canción “Hermosa como la medianoche” de Rachmaninov, remató la sesión, en la que nos sorprendió la manera en la que Podles emite las notas altas, con la cabeza echada hacia atrás. Colaboró a satisfacción, discretamente, la buena pianista que es Ania Marchwinska, quizá algo pálida e impersonal. Arturo Reverter

 

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