Exquisito Kissin
Exquisito Kissin 15 Noviembre 08 – 2:54 – Arturo reverter
Ciclo Ibermúsica Obras de Prokofiev y Chopin. Piano: Evgeny Kissin. Director: Daniel Barenboim. Auditorio Nacional, XII-XI-2008, Madrid. Los artistas auténticos, los pianistas en este caso, por una razón natural, evolucionan, enriquecen su técnica, amplían su expresión, aprenden a penetrar con más rigor en las estructuras de la música; maduran. Incluso aquéllos que se lanzaron al ruedo de las salas de concierto y de los estudios de grabación como virtuosos infalibles, como reproductores fulmíneos y fieros. Lo hemos venido comprobando, y ahora hemos tenido la evidencia, con el todavía joven Kissin (Moscú, 1971), un fenómeno que ya tocaba e improvisaba a los dos añitos. El Kissin de hoy ha ganado en profundidad de concepto, en sutileza de exposición, en finura de fraseo. Como Tito Schipa Su piano aparece envuelto en una curiosa veladura, como la que, valga la comparación, caracterizaba la voz del tenor Tito Schipa. Nada más empezar los tres números de «Romeo y Julieta» de Prokofiev reconocimos los dedos ligeros y las calidades de los pianísimos, carnosos e intensos, rotundos aun en su figurada lejanía, prodigados en una sesión que siguió con una bien regulada y deslumbrante «Sonata nº 8» del mismo autor y, en la segunda parte, con una recreación introspectiva de la «Polonesa-Fantasía op. 61», tres exquisitas mazurcas y ocho estudios, todos de Chopin, en los que el artificio se hizo sustancia. Kissin puso de manifiesto dos cosas muy importantes: inmarcesible legato y rubato inteligente.
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