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Por Publicado el: 10/05/2013Categorías: Crítica

Extraordinaria Pires, magnífico Pinnok

EXTRAORDINARIA PIRES Y MAGNÍFICO PINNOCK

Juventudes Musicales de Madrid WAGNER: Idilio de Sigfrido, CHOPIN: Concierto para piano y orquesta nº 2, MOZART: Sinfonía nº 40 “Júpiter”. Maria Joâo Pires (piano). Orquesta de Cámara de Basilea. Dir.: Trevor Pinnock. Auditorio Nacional de Música, Madrid, 8 de mayo de 2013.

Había expectación, fotógrafos incluidos, ante la nueva actuación en Madrid de la ya mítica pianista portuguesa Maria Joâo Pires (Lisboa, 1944), que tiene el detalle de no ocultar para nada su edad, 69 años, en la biografía del programa de mano. No defraudó la artista, solista impecable, clara, directa, alejada de todo amaneramiento, en el “Segundo Concierto para piano” de Chopin; pero su interpretación fue mucho más lejos de esas premisas, “narró” –acaso no haya término mejor- el Aria del segundo movimiento con poesía sobria y hondísima, y recreó los tiempos extremos con la convicción de estar ante una de las obras más grandes de la combinación piano/orquesta. Con gran sabiduría, defendía Andrés Ruíz Tarazona, en las notas al programa, la orquestación original de Chopin, y Trevor Pinnock (Canterbury, 1966) pareció haberse leído ese texto, porque lo suyo fue mucho más que acompañamiento y dirigió la obra con energía, entusiasmo y paralela sobriedad a la de la pianista. El trabajo conjunto fue óptimo y Pires lo reflejó en su fervor hacia el maestro y la formación de Basilea. El clavecinista y director británico, más coqueto que Pires, no anotaba su edad, 66 años. Pero su juvenil aspecto y su brío son inatacables. Que hiciera una excelente “Sinfonía en Do mayor” de Mozart, con todas las repeticiones, no constituye sorpresa, porque es es una de las especialidades de su extensa carrera. Pero sí lo fue su hermosa, detenida, meditada y matizada lectura del “Idilio de Sigfrido”: con poco más de 30 músicos en escena, Pinnock dobló la plantilla originaria, 13 instrumentistas, pero guardó un perfecto equilibrio entre la cuerda y el viento, y cinceló sonoridades de cuidada belleza. La joven formación de Basilea, fundada en 1984 –tiene 29 años de vida-, es una espléndida agrupación, de sonido dúctil y sólido, que brilló en toda la sesión. Y sólo un pequeño reparto: en las biografías de Pinnock y la orquesta se hablaba de sus próximas actividades en la temporada 2011/2012. Hombre, por lo menos se debe cambiar el tiempo de los verbos y hablar en pasado… José Luis Pérez de Arteaga

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