Crítica: Fabiola Herrera y Torres-Pardo, mujeres de rompe y rasga
Fabiola Herrera y Torres-Pardo, mujeres de rompe y rasga
Obras de Falla, Luna, Chapí, Serrano, Granados, Chueca y LLeó. Nancy Fabiola Herrera, soprano. Rosa Torres-Pardo, piano. Silvia Abascal, narradora. Juan Marchán, textos. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 5 de abril de 2022.
Bajo el título de “Nueve suertes de mujer”, el Teatro de la Zarzuela ha presentado un espectáculo conducido por los trabajados e inspirados textos de Juan Marchán, narrados por la actriz Silvia Abascal, que encuadraban una serie de conocidas romanzas de zarzuela en la voz de Nancy Fabiola Herrera y un par de interpretaciones al piano de Rosa Torres-Pardo, que también acompañó a la mezzo en cada una de sus intervenciones.
Abrió el espectáculo Torres-Pardo con la” Danza n.1” de “La vida breve” de Falla, tocada con el impulso vital que siempre ha caracterizado a todas sus interpretaciones. En ella todo es entrega y pasión. Lo volvió a demostrar en “El Pelele” de “Goyescas” de Granados, una pieza con serias complicaciones técnicas que superó holgadamente y provocó el entusiasmo de los asistentes, que llenaban la Zarzuela. Pero también nos recreó las sutilezas de muchos compases de las romanzas en las que se compenetró con Fabiola Herrera. Esos “vaivenes del amor, el dolor, la felicidad, la añoranza que nos lleva a la nostalgia e incluso a la melancolía. La identidad, la tierra” a los que se refiere Daniel Bianco en su texto en el programa de mano, nos llegaban en las conocidas notas de “Cuando está tan hondo” de “El barquillero” de Chapí o “¿Qué te importa que no venga?” de “Los claveles” de Serrano, en la que ambas artistas nos emocionaron en lo que fue el mejor momento de la velada. Dos mujeres de rompe y rasga, entregadas sin más descanso que las contenidas narraciones de Silvia Abascal.
Fabiola Herrera mostró su buen momento vocal y su capacidad para cambiar rápidamente de estado de ánimo en piezas tan diversas como la última de las citadas con el “¡Maldito sea mi sino, maldita sea mi suerte”! de pleno coraje frente a la picardía de “¡Pobre chica la que tiene que servir!” de “La Gran Vía” o “Son las mujeres de Babilonia” de “La corte del Faraón”, que cerraron la parte oficial antes de la propina de “María la O”. Un concierto de esos en los que todo el mundo se lo pasa bien, empezando por los artistas, felices del calor del público. Gonzalo Alonso
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