Temporada del Teatro Real

Fagioli, sonado debut

“Arias para Caffarelli”. Franco Fagioli, contratenor. Il Pomo d’oro. Dmitry Sinkovsky, concertino y director. Teatro Real. Madrid, 22 de marzo de 2017.

Hay cosas que resultan incomprensibles. Durante muchos años, quizá aún, el tenor José Cura vivía en Madrid pero apenas logró cantar en la ciudad. Franco Fagioli (Tucumán, 1981) es medio italiano, medio argentino y medio cántabro y, curiosamente vive en Madrid, desde donde se desplaza para actuar por todo el mundo, ya que es artista en plena vorágine. Se encargó el de apuntarlo al final de su larguísimo concierto de más de dos horas y tres cuartos, incluida la media hora de propinas finalizada con la primera estrofa del haendeliano “ombra mai fu” del “Xerxes” de Haendel que probablemente cante en el Real en un par de años. Un triunfo total de un público que no llegó a ocupar las tres cuartas partes de la sala, que mayoritariamente no conocían al artista y que se encontró con la sorpresa de una voz de contratenor de primer nivel. Quienes llenaron esta semana el teatro con Bartoli –ella estaba en el abono y él no- no se debieron perder este concierto.

Hace un año escribía de este cantante tras su “Romeo y Julieta” de Zingarelli en Salzburgo: “Sin embargo la sorpresa de la noche resultó Franco Fagioli, que se confirmó como uno de los mejores contratenores existentes. Absolutamente admirable en una parte que es un auténtico tour de forcé, con un impactante y bellísimo final. La voz es mucho más agradable que la de la mayoría de los de su cuerda, con un timbre casi de contralto, sólidos e infrecuentes graves y enorme facilidad en las coloraturas. Su aria final paró el concierto varios minutos. Un artista del máximo interés”. Me reafirmo en lo dicho. Es posiblemente la mejor voz de contratenor, con un infrecuente registro de pecho en esta cuerda que le obliga a un salto tímbrico al subir al de cabeza. Su único defecto, que ha de cuidar, es la borrosa dicción. Abordó páginas en su día ligadas a Caffarelli, quien tuvo un rango vocal de dos octavas y que triunfó en Europa en el XVIII. Fueron siete arias llenas de dificultades, que Fagioli resolvió brillantemente. A destacar las dos finales de Cafaro y Manna, en donde llegó el sobreagudo que muchos esperaban. Entre medias y, acompañando al contratenor, ese espléndido grupo, de esta vez 14 elementos, que responde al nombre de “Il Pomo d’oro” y que toca con instrumentos originales y gran vivacidad. Una tarde del Real para el recuerdo. Gonzalo Alonso