Fallece el musicólogo Richard Taruskin a los 77 años
Considerado uno de los expertos de mayor calado, Taruskin puso en jaque la génesis y asimilación del canon, la práctica interpretativa y la labor de la musicología para la sociedad
Richard Taruskin falleció ayer, 1 de julio, en California a causa de un cáncer de esófago, según ha informado su familia. El musicólogo y crítico, uno de los mayores especialistas en la música rusa de los últimos dos siglos, se mantuvo siempre en la vanguardia, participando en la regeneración de la disciplina – movimiento encabezado por una generación de expertos que se acercaron e incorporaron postulados posmodernistas, feministas y queer denominado ‘New Musicology’-, y sacudiendo tanto a las instituciones culturales como a la propia Academia por sus reflexiones pioneras y polémicas.
De madre pianista y padre violinista aficionado, Taruskin nació el 2 de abril de 1945 en una familia de emigrantes judíos de la Rusia báltica. Su formación musical comenzó a los 11 años como estudiante de violonchelo y continuó en la Universidad de Columbia como musicólogo, donde presentó su tesis sobre la ópera rusa de la década de 1860. Aunque este fue su principal campo de interés – con publicaciones sobre Mussorgsky, a quien dedicó un monográfico; Stravinsky, ‘Stravsinky and the Russian Traditions’; y la música soviética en general, ‘Defining Russia Musically’ -, Taruskin participó en la difusión, edición e interpretación de música antigua y renacentista. Entre 1970 y 1980 fue intérprete de viola da gamba, lideró el conjunto Collegium Musicum durante su etapa como profesor en Columbia y posteriormente el coro Cappella Nova, y cuestionó la autenticidad de la práctica histórica, de la que se posicionó en contra.
En paralelo a su actividad pedagógica e interpretativa, Taruskin desarrolló una extensa y nutrida labor como columnista y articulista – escribió para The New York Times, The New Yorker Review of Books y The New Republic, entre otros -, conferenciante y divulgador – sus ponencias en la Sociedad Estadounidense de Musicología eran eventos de gran éxito”, recoge el New York Times -.
Igualmente, Taruskin destacó lo político dentro de la Musicología y subrayó la necesidad de trasladar sus conclusiones al mundo real: “Siempre he creído importante que los musicólogos pongan su experiencia al servicio del ‘consumidor medio’ y que los prevengan de la posibilidad de ser engañados, no solo porque se atiende a intereses comerciales sino también a complacer a los académicos, críticos sesgados e intérpretes pretenciosos”, escribió en 1994. De la misma manera, incidió en cómo las políticas del siglo XIX habían perfilado el canon y situado en su cumbre a Bach, Mozart y Beethoven, cuya popularidad representa “los efectos secundarios de una ideología nacionalista alemana, no reconocida durante mucho tiempo”.
Este desacuerdo con la cristalización de la historia de la música sumado a su inconformidad con el método académico tomó forma en la colección ‘The Oxford History of Western Music’, publicada en 2005 y hoy de referencia en los estudios musicológicos.
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