Festival de Glyndebourne, el lujo más «hipster»
Festival de Glyndebourne, el lujo más «hipster»
No lejos de Londres, y en medio de un entorno bucólico (césped, cesta, pícnic y billete de tren a Londres incluidos), Glyndebourne atesora un ambiente entrañable, aún casi familiar, que mantiene las esencias que inspiraron su fundación, en 1934, en una casa de campo ubicada en los alrededores de Lewes, en East Sussex, propiedad de John Christie y su mujer, la cantante de ópera Audrey Mildmay.
El Festival de Glyndebourne sigue una tradición incombustible a lo largo de los años contando con la dirección de los descendientes de sus fundadores y manteniéndose sin necesidad del dinero del Estado.
El matrimonio tuvo la gran suerte de conocer durante su luna de miel a Fritz Busch y Carl Ebert en Alemania. Más tarde ambos saldrían huyendo del régimen nazi y encontraron su casa en este festival. Con semejantes maestros nació lo que es hoy este imperdible evento de verano. A ello les siguieron como directores musicales Vittorio Gui, John Pritchard, Bernard Haitink y Andre Davis.
Los primeros años fueron dedicados exclusivamente a la figura de Mozart, para más tarde ampliar el repertorio a Britten, Verdi, Rossini, hasta llegar a prácticamente todos los compositores.
El teatro original, construido a un lado de la casa, fue ampliado y mejorado en varias ocasiones, y en los primeros años 1990 ya incluían un complejo de restaurantes, camerinos y otras instalaciones. En 1992 se ofreció la última presentación en el viejo teatro, y en 1994 se inauguró uno nuevo con capacidad para 1200 personas, construido gracias a donaciones públicas, con un costo de alrededor de 34 millones de libras esterlinas.
Por su escenario han pasado todos los grandes artistas de la mitad del siglo pasado, la mayoría, como en el caso de Aix-en-Provence, hacían allí sus primeros pinitos, gracias a los cuales eran catapultados en seguida al resto de los Teatros de Ópera con mayúsculas. Entre otras figuras nuestras Montserrat Caballé y Teresa Berganza.
El Festival de Glyndebourne recuperó en 2021 su actividad tras un año de silencio a causa de la pandemia. Este año, la programación incluye 6 óperas, entre las que merece una mención especial el título que dio comienzo al festival el pasado 21 de mayo: “The Wreckers” de Ethel Smyth. Este montaje no es solo la primera vez de una obra de Smyth en Glyndebourne, sino la primera gran producción profesional de este título que sube a escena en Reino Unido desde 1939. El Festival ha encargado la dirección escénica a Melly Still y la musical a Robin Ticciati. Componen el reparto Karis Tucker, Rodrigo Porras Garulo, Lauren Fagan y Philip Horst.
La programación continúa con “Le nozze di Figaro” de Mozart en una producción propia de la edición de 2012 del Festival, firmada por Michael Grandage. Encarnan los personajes principales Brandon Cedel, Hera Hyesang Park, Germán Olvera, Amanda Woodbury y Emily Pogorelc. El maestro Giancarlo Andretta se alternará la dirección musical con Nicholas Carter.
“La Bohème”, tercer título en el cartel, se pondrá en escena con una nueva producción encargada a Francesco Visser, que debuta en Glyndebourne recuperando la ópera de Puccini tras 10 años de ausencia. En el reparto: Long Long, Yaritza Véliz, Daniel Scofield y Vuvu Mpofu.
El barroco estará presente, también mediante una nueva producción, en este caso de “Alcina” de Händel. La propuesta escénica de Francesco Micheli estará arropada por la dirección musical de Jonathan Cohen y la actuación de Jane Archibald, Ying Fang y Rowan Pierce.
Mariame Clément mostrará al público su lectura de “Don Pasquale”, que traslada la acción del siglo XIX al XVIII sin miedo a mostrar la parte más cínica de esta farsa doméstica. En el foso dirigirá a la orquesta Ben Glassberg, y darán vida a los personajes del drama José Fardilha, Erin Morley, Huw Montague Rendhall y Josh Lovell.
Cerrará el festival el doble programa “La voiz humaine“/ “Les mamelles de Tirésias”, de Poulenc, que parte del desamor de la primera para cerrar con la comedia surrealista que supone la segunda. Stéphanie d’Oustra protagoniza el primer título y Elsa Benoit encarnará a la inquieta Thérèse en la segunda , y el reparto también incluye a Gyula Orendt y François Piolino. El director musical de la casa, Robin Ticciati , dirige las últimas funciones de esta edición, que concluye con la original nueva propuesta de Laurent Pelly.
El festival, que se desarrolla hasta el 28 de agosto, tiene una personalidad que le diferencia de todos los demás y, sobre el papel, sin los calores de la Unión Europea. Es, sin duda, uno festivales de ópera de verano a los que un verdadero amante de la ópera tiene que peregrinar, como si de una religión se tratara, para alcanzar el hipotético Walhalla. Gonzalo Alonso
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