FESTIVAL DE MUNICH (I). EL ANILLO DEL NIBELUNGO
FESTIVAL DE MUNICH (I). EL ANILLO DEL NIBELUNGO. Dirección musical: Kent Nagano. Dirección escénica; Andreas Kriegenburg. Principales intérpretes: Lance Ryan, Stephen Gould, Nina Stemme, Catherine Naglestad, Irene Theorin, Anja Kampe, Klaus Florian Vogt, Thomas J. Mayer, Eric Halfvarson, Wolfgang Koch y Stefan Margita. El Festival de Munich no es tan conocido por el gran público como otros, ya que no ofrece el glamour de Salzburgo o la mística de Bayreuth, pero tiene un nivel de calidad y variedad superior de lejos a todos los demás. Cada vez encuentra uno más aficionados españoles en el teatro y todos coinciden en que Munich está a la cabeza de lo que hoy se ofrece en ópera en el mundo. El Festival tiene lugar durante todo el mes Julio y se ofrecen nada menos que 14 óperas distintas, entre las que destacan este año dos ciclos completos del Anillo del Nibelungo en la nueva producción de Andreas Kriegenburg. La nueva producción se caracteriza por el magnífico partido que saca el alemán a un numeroso grupo de figurantes, que hacen de actores, bailarines, tramoyistas y de puro atrezzo. En este sentido, su trabajo recuerda mucho a lo que La Fura dels Baus ha hecho en el pasado, aunque no en su Tetralogía de Valencia. El trabajo escénico tiene una gran frescura e imaginación, destacando el Oro del Rhin y, sobre todo, el primer acto de Sigfrido, donde la escena de la Fragua es uno de los mejores espectáculos escénicos que he visto en mucho tiempo. La Walkyria resultó la menos conseguida de las cuatro óperas, mientras que en El Ocaso Kriegenburg realiza una crítica feroz contra el egoísmo capitalista imperante en Europa y la necesidad de volver a la unión y la solidadridad como camino de redención. Un hermoso mensaje.. La dirección musical de Kent Nagano fue de menos a más, obteniendo un triunfo indiscutible en las dos últimas entregas, sacando un partido muy bueno de la espectacular Bayerisches Staatsorchesr, cuyo sonido no puede sino producirnos envidia sana. Nagano ralentizó los tiempos, lo que no resultó totalmente convincente en las dos primeras óperas, mientras que la profundidad musical que consiguió en las últimas fue de recordar. Nagano ha ido subiendo el listón de la calidad en sus 6 años en el teatro y lo deja muy alto. La próxima temporada se despide de Munich Vocalmente, hemos tenido una situación un tanto extraña, ya que ha habido dos Wotan, 2 Sigfridos y 3 Brunildas. Comenzando por estas últimas diré que la sueca Nina Stemme puso el teatro boca abajo en Götterdämmerung, en una actuación poderosa y emocionante, que seguiré recordando con añoranza.. Catherine Naglestad obtuvo un merecido triunfo en la Brunilda de Sigfrido, mientras que Irene Theorin ofreció poderío y cierta monotonía en Walkyria. Para cualqiuer teatro es un lujo contar con uno de os dos posibles Sigfridos de la actualidad. En Munich han estado los dos, un poderoso – y forzado – Stephen Gould en el Ocaso y un vibrante y fresco Lance Ryan en el extenuante joven Sigfrido. Ninguno de los dos Wotan son dignos de presidir el Walhala, mejor Thomas J. Mayer, que Johan Reuter, de volumen reducido en el Oro del Rhin. La pareja de gemelos Welsungos estuvo muy bien. Anja Kampe fue una Sieglinde ideal y Klaus Florian Vogt fue un Siegmund muy convincente, aunque su timbre es más blanco que lo deseable. Eric Halfvarson fue un Hagen cumplidor, echándose en falta a alguno más importante. Wolfgang Koch fue un Alberich de auténtica referencia, difícil de mejorar. Stefan Margita hizo un Loge espectacular. Sophie Koch resultó una Fricka un tanto ligera para el personaje. Las dos Erdas (Catherine Wyn-Rogers y Jill Grove) no fueron lo que puede esperarse de Munich. José M. Irurzun
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