FESTIVAL DE MUNICH (II)
FESTIVAL DE MUNICH (II)
Wozzeck: A.Kriegenburg/L.Koenigs/S.Keenlyside,W.Meier.
Tosca: L.Bondy/M.Armiliato/C.Naglestad,M.Giordano,B.Terfel
Elina Garanca: Recital
Tras los ciclos del Anillo del Nibelungo, durante la segunda mitad de Julio Munich ofrece una programación operística variada, en la que se alternan repertorio alemán e italiano, siempre con buenas batutas y destacados cantantes.
La representación de Wozzeck ha significado un acontecimiento, ya que ha sido recibida en triunfo, con aplausos que se han prolongado durante 10 minutos. La producción de Andreas Kriegenburg se estrenó hace 4 años y es un trabajo muy bueno, con una escenografía espectacular en dos niveles, en el que un cubo sirve para las escenas intimistas, mientras que en la parte inferior presenta un escenario encharcado, con abundancia de figurantes, representando a seres marginales. La dirección musical de Lothar Koenigs fue muy buena, siguendo la senda dejada en el estreno por Kent Nagano. En el reparto hayr que destacar las estupendas interpretaciones de Simon Keenlyside en Wozzeck y de la gran Waltraud Meier en Marie. Un Wozzeck para el recuerdo.
La producción de Tosca lleva la firma de Luc Bondy y su estreno en e lMetropolitan de Nueva York supuso un auténtico escándalo, difícil de entender por estas latitudes, a menos que se considere escándalo la desaparición de los candelabros y el crucifijo tradicionales del final del segundo acto. La producción es bastante ramplona, no provocativa. La dirección de Marco Armiliato fue correcta, siempre al servicio de los cantantes, no en balde es uno de los directores preferidos por los grandes divos. En el reparto lo mejor fue la interpretación de Bryn Terfel como Scarpia, seguramente el mejor actualmente. Catherine Naglestad estuvo bien en Tosca y Massiimo Giordano fue un Cavaradossi de los que hoy se estilan en la ópera: buena figura y voz atractiva. Es un lírico metido en un repertorio poco adecuado, mejor para ver que para escuchar. Tendremos que volver a verle en la Tosca de Bilbao esta temporada.
Elina Garanca es una de las grandes cantantes de la actualidad, una de las poquísimas capaces de llenar un gran espacio teatral al conjuro de su nombre. Tiene todo para triunfar: voz bellísima, técnica muy sólida, figura de estrella de cine y elegancia a raudales. Su recital fue por caminos de expresividad y musicalidad, huyendo de fuegos artificiales, hasta que en las propinas puso el teatro patas arriba. La culpa fue de la Habanera de Carmen y de Las Hijas de Zebedeo, de Chapí, cantadas de manera excepcional. Que una estrella como ella incluya siempre zarzuela en sus conciertos es digno de sincero agradecimiento, más allá de que su español sea más o menos perfecto. José M. Irurzun
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