Festival de Wexford: “Il tabarro” de Puccini
IL TABARRO (G. PUCCINI)
White’s Hotel de Wexford. 27 Octubre 2014.
El Festival de Wexford ofrece otros espectáculos además de las tres óperas que componen el programa oficial. Este año se han venido representando algunas óperas cortas sin más ambición que la de darlas a conocer. Las representaciones tiene lugar en una sala del Hotel White’s, situado en el centro de Wexford. El hecho de que estas representaciones tengan lugar en dicho hotel tiene su explicación, ya que su dueño fue un de los tres fundadores del festival en el año 1951. La sala ofrece un pequeño escenario elevado y, por supuesto, no hay foso, sino que las versiones son con simple acompañamiento de piano.
Los títulos ofrecidos este año han consistido en dos ópera casi desconocidas (The Wandering Scholar, de Gustav Holst, en programa doble con Trial by Jury, de Arthur Sullivan). A ellas hay que añadir Il Tabarro, de Giamo Puccini, y La Cenerentola de Rossini, esta última en una versión abreviada.
Las posibilidades escénicas de la sala son limitadas, evidentemente, pero el director de escena Dafydd Williams ha sacado un buen partido del espacio dispnible, utilizando también la sala para el movimiento de los cantantes. Lleva la acción a los años 20 y narra de manera adecuada la historia. Nadie va a pedir peras al olmo.
La directora musical estaba al piano y era Andrea Grant, que llevó bien la obra, aunque no me pareciera una extraordinaria pianista.
El reparto vocal estaba formado por cantantes apenas conocidos y en muchos casos inexpertos, pero cubrieron bien su sometido.
Los mejores cantantes del reparto fueron el barítono Quentin Hayes en la parte de Michele, con una voz adecuada y siempre creíble, y la mezzo soprano Kezia Bienek como Frugola, que me produjo una favorable impresión. El tenor griego Alexandros Tsilogiannis fue un Luigi de voz adecuada y de cierta calidad, aunque todavía inmaduro y envarado en escena. La soprano rusa Maria Kozlova fue una Giorgetta un tanto deficiente vocalmente, con una voz de escasa calidad y agudos destemplados.
El teatro del Hotel White’s tiene una capacidad para 360 personas y estaba lleno. El público se mostró satisfecho con el resultado del espectáculo, aunque no hubo mucho entusiasmo.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 51 minutos. Tres minutos de aplausos.
El precio de la localidad única era de 25 euros. José M. Irurzun
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