Final de liga
Aunque la temporada esté terminando aún quedan coletazos importantes. El Liceo de Barcelona programa estos días dos óperas de Massenet: “Manon”, escenificada, y “Thais” en versión de concierto. Cuando uno pasea por las Ramblas se encuentra con varios grandes cartelones que anuncian ambas obras y sus repartos. La lista de intérpretes es tan impresionante que posiblemente sólo el Metropolitan pueda presentar un nivel equiparable en tan corto espacio de tiempo: Renée Fleming, Natalie Dessay, Rolando Villazón, José Bros, Thomas Hampson, Samuel Ramey, etc. Y no hay más remedio que sentir admiración y una sana envidia que, a quien es patrono del teatro Real, le deja un regusto amargo.
El Real Madrid ganó la liga futbolística al Barcelona en el último partido, pero el Liceo se la ha ganado al Real con goleada final. Cierto es que su presupuesto es superior, pero cierto también que le cunde más. Sobre todo si se comparan repertorios, mucho más exigente el catalán que el madrileño, un tanto centrado en épocas de menores necesidades en cuanto a medios musicales y escénicos. Y cierto también que la programación liceísta está destinada a un público mucho más amplio, mientras que la del Real se dirige hacia la exquisitez. Quizá el Liceo tenga esa obligación a causa de su mucho mayor aforo, pero hay un dato inquietante para el Real: nunca en la reciente historia del teatro había existido un número tan elevado de personas de los Amigos de la Ópera madrileños que han renunciado a abono. Así las cosas, bien podría ser que Barcelona volviese a ganar a Madrid la liga lírica. Vaya una parte de la relación de cantantes que intervendrán en la primera ciudad: Álvarez, Voigt, Cura, Armiliato, Cedolins, Fiorillo, Diadkova, Alagna, Berti, Flórez, DiDonato, Marton, Polaski, Pieczonka, Gruberova, Bros, Podlés, Seiffert, Skovhus, Moser, Mena, Domingo, Pape, Meier, Stoyanova, Keenlyside, Gens, etc.
Me llegan voces de que la temporada 2009-1010 presentará un mayor porcentaje de “gran repertorio”. Sería bueno ya que, aunque de momento el teatro esté casi todo vendido, sólo sería cuestión de tiempo el que la situación cambiase si la programación de la capital se concibe más como festival que como de teatro estable. Y otra cuestión importante: ojo a los segundos repartos y sus precios. Entraré en ello.