Finley, por fin una voz
XVI Ciclo de Lied
Por fin una voz
Obras de Schumann, Ravel, Ives y Barber. Gerald Finley, barítono y Julius Drake, piano. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 3 de noviembre.
Gerald Finley (Montreal, 1960) ha sido una de las gratas sorpresas del Ciclo de Lied de Caja Madrid. Desde el primer momento conectó con el público gracias a dos factores que, siendo fundamentales, muchas veces se pasan por alto a favor de pequeñeces. Me refiero a una poderosa y auténtica voz de barítono y a la expresividad. El cantante canadiense puede presumir, además de caudal, de una voz timbrada, rica en armónicos. También del don de la efusividad. Se entrega, matiza y dramatiza. Finley resulta todo lo contrario a otros barítonos que se han escuchado en este ciclo o, sobre todo, en los teatros de ópera, donde frecuentemente casi hay que disponer de audífono para escuchar a los cantantes.
De ahí las ovaciones al cierre de la primera parte, tras los “Dichterliebe”. Quizá el entusiasmo no llegó a tanto en la segunda parte y es que Finley cometió dos errores. El primero incorporar al programa las “Historias naturales” de Ravel, que bien poco pintaban en el recital por mucho que él disfrutase con ellas, en vez de dedicar una parte completa a canciones anglosajonas, que obviamente le encajan como canadiense. El segundo terminar con piezas de Ives y Barber de mucha menor enjundia que los maravillosos lieder de Schumann. De ahí que la audiencia se enfriase un poco en su incuestionable calor. No es grave, aprenderá pronto que la selección acertada del contenido y orden programa no es factor a menospreciar.
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