Fleta, tenor mito. El arte de la desmesura
FLETA, TENOR MITO
Una producción de 2022, basada en el libro Miguel Fleta, el hombre y el mito, de Sergio Castillo y Alejandro Martínez. Guion y montaje de Germán Roda y Nacho Blasco. Productora ejecutiva: Patricia Roda. Dirección: Germán Roda. Duración: 60´
Me asombra profundamente la cantidad de personas que no son conscientes de que tienen una excelente voz. Me pasa en los bares, cuando voy a tomar un café; en los supermercados, al hacer la compra… Oigo a gente que habla emitiendo sonidos de gran calidad, algo que parece no motivarles en ningún sentido; solo lo que entra por los ojos parece interesarles. El sonido es un ente que solo sirve para contaminar acústicamente y no para producir belleza, se podría afirmar. Los responsables de este absoluto desperdicio para el arte canoro somos todos, pero muy particularmente los encargados de diseñar los planes de estudios básicos, que no prestan la más mínima atención al asunto; parece que un cantante no sea un trabajador como cualquiera; que no pueda constituirse en puesto de trabajo como cualquier otro profesional, pues el hablar de crear puestos de trabajo en el Canto es una posibilidad que no se contempla ni de lejos. No es extraño que se hable de divos y cosas así en el mundo de la ópera; una creación para gente especial, para voces especiales y demás argumentos de venta. Es falso, absolutamente falso: la carrera de un cantante tiene en la mayor parte de los casos casi todo de circunstancial. Y es, como otras tantas cosas, por puro déficit educativo y, por consiguiente, de una total falta de conocimiento sobre el asunto.
La voz es solo la materia prima. Un privilegio cuando es muy buena. Y de eso, aunque no lo parezca, hay para aburrir. Otra cosa es ser un cantante. Y una tercera, un cantante que participe del arte de la interpretación, del arte de la creación interpretativa. E incluso se podría hablar de un cuarto nivel: un cantante de buena voz que sepa interpretar (la música) y actuar en escena, es decir, un cantante de ópera. Naturalmente han sido y son pocos los capacitados para aunar todo ello. Podemos poner ejemplos de voces prodigiosas que al abrir la boca la pifian desde la primera nota; y viceversa, voces sencillas que dirigidas por una mente inteligente (y una buena preparación técnica) producen auténtica belleza. Y también ejemplos de cantantes excelentes que sin embargo marran a la hora de interpretar, de dar una opinión personal sobre la disposición de las notas de una partitura. También buenísimos cantantes que fracasan en escena por pura incapacidad actoral. Hay de todo. ¿Cómo se podría encuadrar la figura de Miguel Fleta?
En el documental objeto de este comentario queda claro (al menos para mí) que la carrera de Miguel Fleta siempre estuvo marcada por la circunstancialidad. Como también el hecho de que estuviera en posesión de un instrumento prodigioso. Se atribuye su preparación técnica a la cantante Luisa Pierrick, su pareja hasta 1926, lo que se puede considerar más una declaración de principios que una realidad científica. Indudablemente esta mujer domesticó las formas externas del cuidador de ovejas, pero es difícil aceptar que transmitiera a Fleta una técnica tan repleta de purezas y exactas precisiones. En realidad, parece más bien un misterio que Fleta alcanzara tal preparación en tan poco tiempo. Admitiendo, no obstante, la enseñanza, en lo que Fleta fue absolutamente personal fue en su arte, en su manera de aplicar esa técnica a los roles de que se ocupaba. En mi opinión, fue un intérprete de libro, un auténtico creador, que salvando su condición natural de voz extraordinaria, llevó esa condición al cénit de su figura. Tanto, que su manera de “decir” fue muchas veces discutible por ese exceso de aditamento técnico, quizá en busca del aplauso fácil. Fleta fue un intérprete heterodoxo, casi un iconoclasta, que llevó la técnica canora moderna a un punto sin retorno. Pocos tenores de primera se ha atrevido después a llevar las cosas tan lejos.
El documental del aragonés Germán Roda es excelente porque no hace lo fácil: endiosar más a la ya endiosada figura de Fleta; es respetuoso y bastante objetivo con su personalidad. Y el marco en que se desarrolla es adecuado y conveniente. Me parece un acierto absoluto la participación de Javier Camarena y Pedro Lavirgen ( ¡increíble, irrepetible “Nessun dorma”!), que, cada uno en su estilo, desentrañan bien al personaje, pero sobre todo al cantante. Ya se encarga Roda de contar lo otro, la desmesura en que se movió la vida de Fleta, pero, eso sí, sin que se le moviera un pelo al filmar, no haciendo sangre de las varias cosas con las que se podría hacer. Por ejemplo, los cambios políticos del cantante, desde la República a la Falange como si aquí no hubiera pasado nada. Por ejemplo, sin meter cuchillo en los problemas con la voz que tuvo Fleta, y sobre todo con su vida personal, tratada con suma elegancia y consideración. A destacar también la pedagógica participación de Ramón Gener, que, en general, dice lo que mejor se puede afirmar de Fleta: no decir nada, es decir, insistir una y otra vez lo inexplicable del prodigio, de su arte excesivo e irrepetible. Pedro González Mira
Cómo y dónde se puede ver el documental de Fleta?
https://www.lavanguardia.com/vida/20220711/8400990/real-ofrece-manana-gratis-documental-sobre-tenor-miguel-fleta.html
Fue en el propio Real
Me llama la atención como hablan de canto como si fuera materia prima, pero es como todos los dones, hay que trabajarlo, no hace falta solo tenerlo.