El mundo de la música está anticuado en muchos de sus aspectos y en otros tan moderno que se han instalado en él las malas formas. No, no voy a hablarles hoy de personajes como mi querido Wagner, gran compositor pero bastante indeseable en lo personal, aunque hoy lo segundo abunda sin que se de lo primero. Ni siquiera de esos profesores de orquesta que abandonan el foso nada más terminar la última nota y no hay nadie para recibir los aplausos del público cuando el director señala donde debían estar aún. Ni les voy a escribir de los artistas que cobran por cantar un solo de un tiempo de una sinfonía como si la cantasen entera y ni siquiera se dignan a estar en su silla escuchando el resto de la obra. Aunque sólo fuese para entrar en ambiente. Lo único que les falta es que el director les de allí también el cheque. Ni de los directores que salen en camiseta a trabajar cuando la orquesta está de frack o chaqueta y corbata. Ni de lo absurdo, lo lejano y lo que aleja en nuestros tiempos el vestuario de las orquestas. No, ya habrá tiempo. Hoy voy de flores.
Escuché recientemente en una de nuestras salas de conciertos un programa de piano a cuatro manos tocado por una pareja hombre-mujer. Cuando acabó le trajeron a ella un ramo de flores. A él nada. Como si hubiese estado pasando las páginas. Y a ella no se le ocurrió ni regalarle un capullo. Eso es un ejemplo de un mal entendido feminismo. Como la señora que había dado un golpe en una glorieta a otro coche y le decía al conductor perjudicado que tenía que haber sido caballero y cederla el paso por ser mujer. ¡Cómo si no hubiera un código de circulación! En muchos auditorios españoles no se enteran que si en un escenario hay ocho artistas hay que dar flores a todos y no sólo a las féminas. En el extranjero es ya cosa sabida y que se viene haciendo desde hace años. Y no se trata ya de una igualdad mal entendida, aunque los hombres también tengan casa y derecho a adornarla su vista, es que estéticamente queda feo agradecer a unos y a otros no. Los tiempos cambian y si la música va retrasada, mucho más lo va en nuestro país.