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La Gioconda, sangre napolitana en Santander
Por Publicado el: 21/08/2006Categorías: Crítica

Flórez, la perfección como rutina

Festival de Santander
La perfección como rutina
Obras de Rossini, Bellini y Donizetti. J.D. Flórez, tenor. Orquesta Nacional de Ucrania. M. Mariotti, dirección musical. Palacio de Festivales de Santander, 20 de agosto
Los recitales de Juan Diego Flórez son frecuentes en nuestro país y por ello suelen repetirse los programas, con bastante frustración para un montón de seguidores cuyas maletas viajan junto con las del considerado como el mejor tenor ligero del momento. A ello se refirió en unas breves y muy apropiadas palabras FernandoArgenta, al recoger en el mismo acto la placa que el alcalde le entregó en homenaje al treinta aniversario de “Clásicos populares”. Afortunadamente, al tratarse de un concierto con orquesta, hubo algunas novedades en las páginas interpretadas. Rossini integró toda la primera parte, con la obertura de “El turco en Italia”, la de “Elisabetha Regina d’Inghilterra” -un claro modelo imitado en “El barbero de Sevilla”- y un paso a seis de “Guillermo Tell” como intermedios sinfónicos, entre los que el peruano abordó arias de las mismas dos primeras obras y la consabida de “La donna del lago”. Lo hizo como siempre, sin aparente esfuerzo alguno y con una increíble seguridad. Casi molesta la perfección como rutina. Sin duda no hay otro como él en este repertorio. La segunda parte nos deparó oberturas y arias de Bellini y Donizetti, autores que dedicaron extensas piezas a las sopranos, pero mucho más breves a los tenores. Ni la de “Bianca e Fernando” ni las de “La regina Golgonda” o “Marino Faliero” son nada fáciles. Flórez volvió a mostrar su talla, aunque por momentos sonasen en algunas agilidades demasiado próximas a Rossini. Cabía una más clara diferenciación de estilos.
Tras las ovaciones de rigor y sin que una sola persona se moviese de su asiento, llegó la traca final de las propinas con más gorgoritos y agudos. No se puede cantar mejor el “A mes amis…” de “La hija del regimiento”.
Flórez no tiene parangón, ni siquiera Kraus podía compararse en sus rossinis. El problema vendrá cuando el tenor, que tiene su propio festival en Lima para experimentar, amplíe su repertorio. El éxito popular de Villazón es muy tentador. Volverá a triunfar en el “Otello” de Rossini el próximo verano en Pésaro, pero su pactado “Rigoletto” en el Real madrileño está aún verde, porque la voz es pequeña para Verdi y al centro le falta anchura para un repertorio más pesado. Se traslució en algunos momentos del acompañamiento de una orquesta cuyo nivel bajó respecto a la precedente “Gioconda” y es que Mariotti es un director muy inferior a Pirolli. Pero la presencia de Flórez en recital o concierto asegura una velada de éxito y calidad y hasta, hoy por hoy, permite ganar dinero. Gonzalo Alonso

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