Frankfurt: Don Carlo mediocre en términos vocales
DON CARLO (G. VERDI)
Opernhaus de Frankfurt. 7 Noviembre 2015
Termina mi estancia en Frankfurt con un Don Carlo un tanto decepcionante, especialmente en el aspecto vocal, en el que se han producido excesivos errores de reparto.
La producción se debe al británico David McVicar, uno de lo más prestigiosos directores de escena actuales, aunque su trabajo en esta ocasión no ha tenido la brillantez que suele ofrecer en otras ocasiones. La producción se estrenó aquí en el año 2007 y se caracteriza por ofrecer un escenario único para los 5 actos (es la versión de Módena), La escenografía es de Robert Jones y ofrece un escenario a base pilares laterales, siempre imitando ladrillo gris, que también ocupan el suelo, Hay un gran muro al fondo, que se levanta para las escenas de exteriores y se baja para las de interior. Una serie de elementos, siempre en ladrillo, representan ahora una tumba, luego una mesa y otras veces una pura plataforma. A la escena de Yuste se le añade una especie de botafumeiro, mientras que a la de los aposentos de Felipe II se le añade una cortina para dar una sensación de intimidad. La escena de la prisión se resuelve, como tantas veces, con una reja. El Auto da Fe eleva el muro del fondo para ofrecer una gran cruz, que se pondrá en llamas en los acordes finales de la escena. El vestuario de Brigitte Reiffenstuel es adecuado a la época, siempre en tonos oscuros, llamando la atención que el ambiente general de la obra es menos oscuro que en otra producciones. La producción funciona razonablemente bien, narrando la trama de manera adecuada.
La dirección escénica de McVicar define bien a los distintos personajes, siendo el aspecto más discutible el hecho de que Don Carlo muera el final a manos de la guardia de su padre, con lo que se pierde todo el misterio que rodea a la última escena. Otro aspecto criticable es el hecho de que en el Auto da Fe no aparece el pueblo, sino únicamente los miembros de la corte. Conviene recordar que estos espectáculos se hacían para el pueblo y la corte acudía a ellos, pero no eran espectáculos privativos de la corte.
Wookyung Kim
La dirección musical ha estado encomendada al italiano Pier Giorgio Morandi. Este maestro nunca me ha resultado convincente en sus actuaciones y siempre lo recuerdo como un director bastante rutinario. En gran medida su dirección ha constituido una sorpresa, ya que su lectura ha sido más brillante y con mayor tensión que lo que yo esperaba. Posiblemente, ha sido la actuación más convincente que le recuerdo. Buena la prestación de la estupenda Frankfurter Opern und Museumorchester. Buena también la actuación del Coro de la Opera de Frankfurt.
La parte menos convincente del espectáculo ha residido en el aspecto vocal, en el que los fallos han sido bastante más numerosos que los aciertos.
Don Carlo era el tenor coreano Wookyung Kim, que fue para mí lo mejor de todo el reparto y con diferencia. Este tenor me llamó la atención ya la primera vez que le vi en Dresde hace ya 10 años en la parte de Tenor Italiano de Rosenkavalier. La voz tiene calidad y en estos años ha ensanchado de manera notable, resultando hoy muy adecuado para el personaje de Don Carlo. Cantó con gusto y expresividad y uno se olvida de su figura poco adecuada para roles de héroes románticos, que seguramente es su mayor hándicap. Es un tenor que puede cantar con garantías en cualquier escenario de ópera importante. El único lunar de su actuación fue el de calar en el DO sobreagudo en el Auto da Fe.
Tania Ariane Baumgartner
Elisabetta fue la soprano rusa Tatiana Monogarova, que me resultó totalmente inadecuada. La voz tiene cierta amplitud y atractivo en el centro, aunque engola frecuentemente. Su canto resulta muy monótono y su dicción es imposible. Es como si en su italiano no existieran sino las vocales. No se le entiende nada.
El bajo Andreas Bauer dio vida a Felipe II con una voz de muy escasa calidad, ayuna prácticamente de armónicos. Es una pena porque canta bien y es expresivo, pero no llega a cumplir con un mínimo de calidad vocal.
El barítono austriaco Daniel Schmutzhard fue un noble Marqués de Posa, con una voz de tamaño reducido y un timbre excesivamente ligero para el personaje. Canta y actúa bien, pero el rol exige otro tipo de voz.
La mezzo-soprano Tania Ariane Baumgartner es uno de los pilares fundamentales de los repartos en Frankfurt, ya que es una artista importante siempre que está en escena. Se volvió a repetir la experiencia con su interpretación de la Princesa de Eboli. Su problema es que fue puesta a prueba por la tesitura del personaje, que le hizo pasar un mal traigo en el aria O, Don fatale, donde hubo de recurrir al grito.
Magnus Baldvinsson fue un Gran Inquisidor decepcionante. Para empezar no es el bajo profundo que requiere el personaje. Por otro lado su voz clarea en exceso. Un error de reparto.
Andras Bauer y Magnus Baldvinsson
Vuyani Mlinde cumplió bien en el Monje. Voz un tanto escasa la de Simon Bode, que doblaba como Conde de Lerma y Heraldo. Julia Dawson fue un Tebaldo de voz muy pequeña. Danae Koantora era la Voz del Cielo, con un timbre agradable, aunque me pareció amplificada.
El teatro estaba prácticamente lleno y el público se mostró calido con los artistas, no faltando bravos para los principales intérpretes, siendo los mayores aplausos para Wookyung Kim.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 3 horas y 41 minutos, incluyendo un descanso. Duración musical de 3 horas y 8 minutos. Ocho minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 105 euros, habiendo butacas de platea por 59 euros. La entrada más barata costaba 15 euros. Jose M. Irurzun
Fotos: Barbara Aumüller
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