Freixenet: con buena letra se hace el camino
CON BUENA LETRA SE HACE EL CAMINO
Obras de Brahms, Mozart y Falla. Ángel Luis Sánchez, oboe; Carlos Ferreira, clarinete; Jesús Viedma, fagot; Pablo Fernández, trompa. Alejandra Acuña, mezzo. Orquesta Sinfónica Freixenet. Director: Juanjo Mena. Ciclo Generación ascendente de la Escuela Superior Reina Sofía. Auditorio Nacional, 17-6-2016.
El director alavés, a sus 50 años cada vez más dueño de sus medios, más seguro de sus criterios y más armonioso en su gestualidad, de batuta tan clara como precisa, es aplomado y sugerente, convincente y elegante. Ha debido de trabajar bien, tras su triunfo semanas atrás al frente de la Filarmónica de Berlín, con estos jóvenes aspirantes. Y se notó en este caso sobre todo en la medida, sensible y elocuente, cantada a media voz, interpretación de la “Sinfonía Concertante K 297b”, de cuya autenticidad mozartiana todavía se duda, pero que constituye un magnífico ejemplo de la forma. Los cuatro solistas se esmeraron y mostraron suaves maneras, bella sonoridad –escasa la del fagot-, engarzados sin problemas en la estructura conversacional de la partitura.
Bien expuesta, correcta de acentuación, fogosa, la “Obertura para un Festival Académico” de Brahms y radiante, briosa y expresiva la versión de “El sombrero de tres picos” de Falla, donde la batuta supo regular y matizar la sensualidad de “La tarde”, cantar con intención “Las uvas”, pespuntear con finura la “Danza del corregidor” y mostrarse exultante, apoyado en los juveniles timbres, sin desdeñar una juiciosa aplicación del “rubato”, en la jota final, donde faltó quizá, frente a tanto arrebato, un poco de clarificación polifónica. La mezzo Acuña evidenció gracia, atractivo y claro timbre y discutible afinación en la última copla. La repetición de la “Danza del molinero” remató la gozosa sesión. Arturo Reverter
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